Tan polémico como querido, esta madrugada dejó de existir físicamente Héctor "Pichi" Graña, un peronista reconocido para dirigentes de peso, un hombre con una historia absolutamente ligada a la ciudad y de enorme complejidad. Un caudillo del peronismo que ostentó múltiples cargos políticos en el Ejecutivo y el legislativo, en las campañas políticas y en el andamiaje local. Fue hincha (y conductor) de la hinchada de Alem y también de la de Ferrocarril Oeste. Lo velan hasta mañana y se espera una enorme presencia de vecinos en su cortejo final.
“Chau Bebé”
El lunes por la madrugada falleció el dirigente Héctor “Pichi” Graña, un peronista de ley, que en estos 33 años de
democracia jamás pasó desapercibido en la sociedad rodriguense. Se informó que cerca del amanecer dejó de existir tras una segunda internación en poco más de 15 días.
Venía desde hace mucho tiempo desmejorando de situaciones que tenía mal cuidadas a nivel físico, pese a la ayuda y acompañamiento de múltiples amigos y en especial, de sus hijos.
Tenía 64 años apenas, el 22 de noviembre cumplía los 65, según contó uno de sus mejores amigos, Marcos "El Gitano" Suárez. Según se informó, sus restos descansarán en el Cementerio Municipal junto con "Cacho Acuña", un amigo suyo de la época en la que participaba (y manejaba) la hinchada del club Alem.
Dicen que desde esta noche lo velarán junto con su camiseta de Ferrocarril Oeste, otra hinchada de la cual participó
en su juventud, ya que había nacido en esa zona y se vino ya de grande a nuestra ciudad. Conocía cada lugar, cada barrio, cada esquina, las familias históricas y cada historia que tuviera relación con un pedido, un conflicto, una pelea, un problema vecinal o una necesidad de una familia.
A lo largo de su carrera desempeñó diversos cargos, fue secretario de la Juventud Peronista, concejal, funcionario todo terreno y en todos los terrenos, según las necesidades del peronismo en el poder. Tuvo anécdotas memorables por sus ocurrencias, su "chispa" y su manera de enfrentarse con sus rivales, pero a la vez, ser siempre un hombre que era respetado.
FOTO: En el cuartel de bomberos lo homenajearon hace un tiempo y esta fue una ocasión que muchos recordarán y en la cual él se emocionó mucho (muchas veces lo llamaban los bomberos para que lleve alguna máquina a ayudar en tareas en los temporales)
A "Pichi" se le perdonaba todo, una barbaridad (le gustaba dar títulos), una contradicción, lo que fuera, principalmente, porque los que saben y son contemporáneos, lo recuerdan como un "solucionador", que jamás puso por delante el partido de la necesidad de quienes lo requerían, incluso sus circunstanciales rivales.
Entre sus historias había siempre algún dato que a los más jóvenes enseñaba de los "por qué" de cada vecino. Por ejemplo, cuando hablaba de muchos que con el correr de los años, crecieron económicamente, pero olvidaban que "hace 20 años paraban en la hinchada y hacían quilombo".
El tiempo corrió y "Pichi" siempre terminó (por derecha y por izquierda) favoreciendo más a sus amigos que a él mismo, que vivía muchas veces en carencias que no iban de la mano con la importancia y cargos que ostentaba. Eso lo hizo un hombre destacado cuando fue entrado en años, entre muchos que con el correr del tiempo lo entraron a valorar ante otros "militantes" que se iban de sus funciones en posiciones económicas muy distintas a las que habían entrado y en poco tiempo. Por el contrario, tras 21 años en posiciones de relevancia, Graña vivía más de una vez, recibiendo una habitación para quedarse. Pero se resistía a quedarse "vigilado" o muy cuidado.
Se lo podía querer o no, porque como toda persona tuvo sus claroscuros, pero vivió como pensó, fue un tipo auténtico y esto hay que reconocerlo entre tanto "caretaje".
“Pichi” se va de esta vida llevándose muchísimas historias, su vida fue un libro abierto de la política local, de cosas que jamás saldrán a la luz y se fueron con él. Su capacidad de decir lo incorrecto era lo que le daba también la autoridad de poder decir verdades que en esta ciudad se ocultan entre las sombras para los que desconocen lo que hay detrás.
Ante cualquier charla (cerveza de por medio), siempre encontraba la manera de introducir al Peronismo y su historia en el distrito, la conducción de Perón y de Eva Perón y la lucha por la Democracia. Era magnánimo con los empleados con "problemas", pero también era muy duro cuando quería pedir algo a esos mismos empleados y no andaba con vueltas. En general, la enorme mayoría le guardó cariño.
Su legado dirá que murió en el cargo que siempre quiso hacer suyo, el que mejor le cabía: el de Presidente del
Consejo del Partido Justicialista.
Por la mañana se solicitó que se declaren días de duelo (queda por verse si se realizó la oficialización, el intendente se manifestó con saludos a la familia en una conferencia) y en el Honorable Concejo Deliberante se le ofreció a la familia si querían usar el HCD para el velatorio, pero ya estaba todo arreglado para hacerlo en la casa velatoria.
Pichi deja cuatro hijos varones: Dos mayores (Cristian y Gonzalo, que es concejal) y dos más chicos con una segunda pareja (Nahuel y Jerónimo).
Sus restos serán velados hoy a partir de la hora 18, en Cochería Bileiro, Intendente Manny 1069.
Como “Pichi” decía en su despedidas: “Chau bebé…”
Si algo marca quién era, es que aún para los que se pararon del otro lado de la vereda, será imposible no recordarlo con una sonrisa, con las anécdotas que dejó.