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El domingo por la tarde un grupo de buzos de los bomberos voluntarios estuvieron atareados por la búsqueda desesperada de un vecino de 19 años que sería oriundo del Barrio Güemes, que se había extraviado en momentos en los cuales intentaba cruzar el arroyo jugando con animales. Antes que cayera la noche, el personal interviniente dio con el cuerpo del chico, que habría quedado atascado a pocos metros de donde se sumergió.El hecho sucedió en terrenos privados, en la Estancia "La Colorada", en el barrio "Cina Cina". Allí, según consultas que realizamos con autoridades, Ezequiel Gómez, de 19 años, había pasado la noche con amigos y se había quedado el domingo, siendo seis personas en total, algunos, menores. El trabajo de los buzos sirvió para dar con el cuerpo rápidamente, lamentablemente se trató de una nueva víctima fatal por bañarse en un lugar prohibido.
Por la tarde, cerca de las 14 horas, el adolescente se arrojó al agua, supuestamente, jugando con unas aves y de repente, desapareció a mitad de camino de la otra orilla. De inmediato se buscó ayuda, con unos pescadores que llamaron a las autoridades. Para cuando se llegó, las esperanzas eran mínimas y finalmente se encontraron los restos con la tarea de los buzos de los bomberos a las 17:50 hs.
La búsqueda se extendió por algunos minutos y antes de que oscureciera se logró dar con el cuerpo, que estaría atascado en el barro de la zona, que muchos subestiman y no respetan los carteles, pero que desconocen que en algunos puntos, el arroyo tiene más de tres metros de profundidad y muchos obstáculos que pueden lastimar o atorar las extremidades.
Estuvieron presentes en el operativo los bomberos con su equipo de buzos (cada vez de mayor y mejor respuesta), un móvil de Seguridad y uno de Defensa Civil. En la noche del lunes se estarían velando los restos de la víctima.Esta muerte no es la primera en los espacios de aguas superficiales locales y de la zona, a menudo se pierden vidas por este tema en tosqueras, arroyos y lagunas.
Es imprescindible la charla de los padres al respecto, porque los jóvenes desconocen que los barros de los arroyos (que además reciben con escaso tratamiento los desechos cloacales e industriales de toda la ciudad y sus pluviales) suelen ser trampas mortales aún en sitios de aguas bajas. No es a estas alturas una sorpresa que la enorme mayoría de los fallecidos son hombres jóvenes y muchas veces hay alcohol o sustancias de por medio, lo que aumenta el riesgo.