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En una historia que recorre mil kilómetros y casi cuatro décadas, un vecino rodriguense contó su historia a un medio misionero con el fin de tratar de encontrar a la familia original de su hijo, ya que él contó que en 1980 lo recibió mediante un acaudalado empresario, proveniente, supuestamente, de una menor de edad, que lo daba a otra familia por no poder mantenerlo, pero el contexto de aquellos años marca que también podría ser hasta hijo de desaparecidos de la dictadura.El hombre crió a su hijo y vive hace años en Rodríguez, pero desde hace ya un tiempo, arrepentido de la situación, intenta que aquel bebé misionero que le fue entregado, pueda dar con sus padres originales. Sin embargo, pese que hasta acudió a las Abuelas de Plaza de Mayo, aún no pudo dar con ellos.
Apóstoles: Localidad donde la familia Sacci recibió al bebé.
Un joven camina por esta ciudad bajo el nombre de "Sergio", pero después de 36 supuestos años, tiene la certeza que su nombre no es tal, que las personas que viven con él, no son su familia original y que su pasado tuvo un comienzo dramático, del que aún apenas tiene pistas.
Según salió publicado en "El Territorio" de Misiones, un portero de un edificio en el exclusivo Barrio Norte de la Capital Federal, Mario Sacci buscaba junto a su esposa adoptar un bebé a fines de los '70, pero no tenían suerte por su edad y su situación económica.
Por entonces, el hombre entabló relación con un acaudalado empresario de Misiones (cuyo apellido prefiere reservar), ya que el hombre había adquirido un departamento donde él era portero para que allí residan sus hijos mientras estudiaban.
Sacci le dijo al medio del Sur de Misiones: “Como lo hacía a menudo, el empresario llegaba a Buenos Aires para visitar a sus hijos y el primer lugar que visitaba era la portería, compartiendo una charla amable, lo que hizo que fuese creciendo una relación afectiva entre ambos. 
Sergio Sacci ahora tiene 36 años
Sacci aseguró que no se trató de una venta, ya que su situación económica no lo hubiese permitido y el empresario que le facilitó los trámites no necesitaba el dinero.
Así, el bebé fue inscripto como hijo biológico, con el nombre de Sergio, aunque desde los tres años, el padrastro aseguró que se le aclaró su origen.Mario renunció a la portería en 1985 y se mudó con su familia a General Rodríguez, donde diez años después fundó una revista que hoy dirige su hijo, mientras que él ya jubilado, es ahora colaborador. “Con el correr del tiempo fui tomando conciencia de mi acción irresponsable, aparte de reconocer que Sergio, que fue y sigue siendo mi luz, tenía todo el derecho de conocer sus raíces”, admitió el hombre.Comenzó a investigar, recurrió a Abuelas de Plaza de Mayo, lo derivaron al Consejo Nacional del Derecho a la Identidad (Conadi), que creó el legajo 0560 sobre la situación de Sergio, quien se sometió años atrás a la extracción de una muestra de sangre en el Hospital Durand que se cotejó con otras muestras, sin resultado positivo hasta el momento.
“Hará unos 15 años (o tal vez más) cuando me avisaron que una señora de esa misma ciudad (Apóstoles) había tenido un bebé por la misma fecha, le pedí que viniese, me hice cargo del viaje de ida y vuelta, la acompañé hasta el Durand, le sacaron sangre, pero lamentablemente no coincidían los ADN. Por esos días tuve una charla con Estela de Carlotto y sus hijos Claudia y Remo, que le hicieron muchas preguntas a Sergio”.
Estela de Carlotto se habría entrevistado por este caso, aunque los resultados han sido negativos con la base existente, al momento.La búsqueda continuó con la familia del empresario misionero, que ya había fallecido. El intercambio de correos electrónicos y la visita de Sacci padre a Apóstoles en octubre de 2015 no aportaron datos significativos.“Me di cuenta que todos tenemos el sagrado derecho de conocer de dónde venimos, aun cuando -tal vez- podríamos haber sido ignorados por nuestros padres de sangre.
Colaboración en la redacción: Pablo Sotelo
Apóstoles: Localidad donde la familia Sacci recibió al bebé.
Un joven camina por esta ciudad bajo el nombre de "Sergio", pero después de 36 supuestos años, tiene la certeza que su nombre no es tal, que las personas que viven con él, no son su familia original y que su pasado tuvo un comienzo dramático, del que aún apenas tiene pistas.
Según salió publicado en "El Territorio" de Misiones, un portero de un edificio en el exclusivo Barrio Norte de la Capital Federal, Mario Sacci buscaba junto a su esposa adoptar un bebé a fines de los '70, pero no tenían suerte por su edad y su situación económica.
Por entonces, el hombre entabló relación con un acaudalado empresario de Misiones (cuyo apellido prefiere reservar), ya que el hombre había adquirido un departamento donde él era portero para que allí residan sus hijos mientras estudiaban.
Sacci le dijo al medio del Sur de Misiones: “Como lo hacía a menudo, el empresario llegaba a Buenos Aires para visitar a sus hijos y el primer lugar que visitaba era la portería, compartiendo una charla amable, lo que hizo que fuese creciendo una relación afectiva entre ambos. El empresario le aseguró que se ocuparía de todo. Pasaron varios meses y a comienzos de mayo de 1980 llamaron a la pareja para que viaje a Apóstoles, localidad sureña de Misiones, donde recibieron al bebé, que habría sido entregado voluntariamente por su madre. “Me dijeron que había nacido en esa ciudad el 1º de mayo”, afirmó.En determinado momento preguntó si teníamos hijos. Al relatarle aquella cuestión de la adopción se ofreció espontáneamente a conseguirnos un bebé, ya que en aquella zona (Misiones) 'había muchas chinitas de 14/15 años que quedaban embarazadas y al no poder mantener a sus bebés, buscaban rápidamente entregarlos en mejores manos', me lo dijo así, textual".
Sergio Sacci ahora tiene 36 años
Sacci aseguró que no se trató de una venta, ya que su situación económica no lo hubiese permitido y el empresario que le facilitó los trámites no necesitaba el dinero.
Así, el bebé fue inscripto como hijo biológico, con el nombre de Sergio, aunque desde los tres años, el padrastro aseguró que se le aclaró su origen.Mario renunció a la portería en 1985 y se mudó con su familia a General Rodríguez, donde diez años después fundó una revista que hoy dirige su hijo, mientras que él ya jubilado, es ahora colaborador. “Con el correr del tiempo fui tomando conciencia de mi acción irresponsable, aparte de reconocer que Sergio, que fue y sigue siendo mi luz, tenía todo el derecho de conocer sus raíces”, admitió el hombre.Comenzó a investigar, recurrió a Abuelas de Plaza de Mayo, lo derivaron al Consejo Nacional del Derecho a la Identidad (Conadi), que creó el legajo 0560 sobre la situación de Sergio, quien se sometió años atrás a la extracción de una muestra de sangre en el Hospital Durand que se cotejó con otras muestras, sin resultado positivo hasta el momento.
“Hará unos 15 años (o tal vez más) cuando me avisaron que una señora de esa misma ciudad (Apóstoles) había tenido un bebé por la misma fecha, le pedí que viniese, me hice cargo del viaje de ida y vuelta, la acompañé hasta el Durand, le sacaron sangre, pero lamentablemente no coincidían los ADN. Por esos días tuve una charla con Estela de Carlotto y sus hijos Claudia y Remo, que le hicieron muchas preguntas a Sergio”. Estela de Carlotto se habría entrevistado por este caso, aunque los resultados han sido negativos con la base existente, al momento.La búsqueda continuó con la familia del empresario misionero, que ya había fallecido. El intercambio de correos electrónicos y la visita de Sacci padre a Apóstoles en octubre de 2015 no aportaron datos significativos.“Me di cuenta que todos tenemos el sagrado derecho de conocer de dónde venimos, aun cuando -tal vez- podríamos haber sido ignorados por nuestros padres de sangre. En cuanto a mi hijo, él deja que yo haga y pienso que su silencio se debe generosamente a que no ahonde más esa herida cualquier cosa que pueda decirme. Es muy buen chico y el cariño que existe entre nosotros trasciende la importancia de la relación sanguínea”.La fuertísima historia, que es símbolo de una época negra de nuestro país, genera en el relato, una radiografía de las huellas profundas que aún siguen vivas en muchas personas, con un dolor tan grande como la incógnita de la que parten.Para contactarse por más información de aquel bebé que habría nacido el 1° de Mayo de 1980 en esa provincia, pueden contactarse con el CONADI (Consejo Nacional del Derecho a la Identidad), al legajo 0560.La falta de resultados es una herida dolorosa que quiero curar y que sólo pasará si llego a encontrarlos.
