Había sufrido una descarga eléctrica el hace dos semanas cuando intentaba realizar una conexión trifásica en un palo de luz. Estaba internado en el Hospital Vicente López desde entonces.
Basta un segundo para que algo te cambie la vida. O te la quite. Eso le sucedió a César Pavón, que con 46 años y mucho por delante, se subió a un palo de luz hace casi dos semanas para hacer una conexión trifásica en un domicilio de la Avenida Italia.
El lugar del accidente que llevó a la muerte a Pavón.
Pavón debía realizar esa tarea para poder darle suministro eléctrico a una bomba de perforación de agua que instalaría la familia que allí vivía. Nunca imaginó que todo terminaría de la peor manera ese viernes 2 de diciembre.
El hombre sufrió una descarga eléctrica y cayó desde 8 metros de altura. En el medio, la rama de un arbol le perforó un pulmón antes de que su rostro impactara contra el pavimento.
A partir de ese momento, fue trasladado al Hospital Vicente López donde estuvo internado hasta esta mañana, cuando se conoció la noticia de su fallecimiento. Las dos semanas, tuvo pronóstico reservado y hasta necesito dadores de sangre de una comunidad que quizás no acompañó como se esperaba: apenas 11 fueron a donar de las 28 donaciones que necesitaba. Igual, los causales de su muerte nada tendrían que ver con la necesidad de transfusiones. Lo velarían esta noche, en Cochería Bressani de la calle Manny
Pavón tenía cinco hijos, algunos chicos y otros grandes. Uno de ellos lo acompañaba en el momento del accidente, en el que confluyeron diversos factores. Desde la responsabilidad de ABSA por la mediocridad del servicio que brinda en cuanto a la presión del agua (lo que lleva a los usuarios a recurrir a conexiones eléctricas mayores para instalar bombas de perforación) hasta la poca concientización sobre los peligros que abundan al intentar este tipo de tareas en los palos de la red eléctrica.