Compartí en las redes
Luego de 16 horas de los incidentes ocurridos en frente de la Plaza Martín Rodríguez, la organización que nuclea a las murgas se expresó y luego se oficializó la postura que ya se rumoreaba por parte del municipio. Las posturas y una editorial, en la nota.La situación que se suscitó ayer en el cierre del Corso central de la plaza tuvo muchas lecturas de la sociedad, desde la que culpa a los chicos o a sus padres, hasta la que responsabiliza a la organización mixta del Municipio con las murgas o a las fuerzas policiales.Mientras la ciudadanía tomaba distintas posturas, más o menos razonables según sus argumentos o falta de ellos, los sectores políticos también hicieron observaciones convenientes a sus intereses. En una época donde la política se debate más a los gritos o con colores que con argumentos, no era raro que los intereses parciales nublaran aún más la situación. Policía que salió herido del enfrentamiento"Dado los acontecimientos ocurridos en el día de ayer en la Plaza central Martín Rodríguez, en donde un grupo de violentos enfrentados entre sí, ocasionaron roturas a móviles policiales, ataques al edificio municipal, heridas a policías, daños a viviendas particulares, convirtiendo de a poco un momento de diversión en un caos, generando daños y disturbios en la vía publica.En busca del resguardo y la contención de las familias que asisten a disfrutar de estos eventos, el municipio de General Rodríguez ha decidido suspender la realización del corso barrial en el día de hoy, analizando su reprogramación." Movimiento Rodriguense de Murgas, creado hace poco para nuclear el debate de todas.Celebramos que la mayoría de las tareas asignadas fueran cumplidas, aunque nos vemos obligados a repudiar los hechos violentos que sucedieron en el cierre de ayer. No solo por las peleas entre algunos jóvenes sino también frente a un operativo de seguridad lamentable que deja al descubierto una vez más que ni la Policía Local, ni la Policía Bonaerense están a la altura de un espectáculo como el de anoche.Las Murgas pudieron desfilar y cientos de familias disfrutaron del espectáculo con una organización nunca antes vista. La masividad de la concurrencia exige que frente a hechos violentos, que lamentablemente suelen suceder, los efectivos de seguridad deban garantizar la disuasión pacífica. Rechazamos los disparos de balas de goma como forma de disuasión, creando un caos generalizado y atemorizando a muchas familias.A esta hora funcionarios municipales pretenden suspender los corsos en los barrios que ya están programados. Cabe aclarar que los espectáculos barriales nunca tuvieron semejantes problemas de seguridad como el que se vio anoche frente al Municipio y a una cuadra de la Comisaría Primera de la Ciudad. Esta decisión política, por demás arbitraria, responde a la intención de algunos sectores de querer emparentar los hechos violentos con la cultura popular que las murgas ofrecemos. La invitación que habían hecho el día anteriorLas Murgas somos una representación popular de la sociedad, nosotros durante años hemos ganado espacios en todo el territorio nacional, en la búsqueda de un Carnaval participativo, popular, barrial, multicultural generando alegría en los barrios, defendiendo la cultura popular, utilizando la inclusión como herramienta, involucrándonos en prácticas sociales, al servicio de contener jóvenes en peligro de riesgo social. La murga es un momento de encuentro colectivo, de representación simbólica y de orgullosa adscripción de los individuos a su barrio, de la cual la murga es su representante. De esta forma la murga refuerza y promueve valores los cuales se ven reflejados en sus letras, justicia social, dignidad, solidaridad y compromiso.Por este motivo las Murgas vamos a seguir luchando por nuestros derechos y dando a conocer el abuso de poder, abuso de autoridad, violando los derechos tales como el derecho integridad física, el derecho de interés superior del niño, el espacio público y el libre pensamiento a la cultura popular. Desde el Movimiento Rodriguense de Murgas repudiamos los hechos violentos que nada tienen que ver con el espíritu de nuestro arte. A su vez exigimos la continuidad y mejora de las políticas culturales que fortalezcan el arte de nuestros barrios, por lo que rechazamos cualquier intento de suspensión a los festejos murgueros, como así también la estigmatización de los jóvenes de nuestros barrios frente a la inoperancia política y policial. Exigimos que las autoridades, en lugar de echar culpas, se hagan responsables de velar por espectáculos públicos seguros que promuevan la cultura popular. Claro, seguramente el policía local, que apenas lleva un año en las calles, puede reaccionar de un modo que visto bajo la lupa, podremos corregir, pero no debería haber tanta hipocresía en la sociedad, dado que si los policías hubiesen querido lastimar anoche, con esas armas y tantos chicos, hoy tendríamos un panorama de al menos, diez o veinte menores heridos. Aquí no pasó lo mismo que en la Villa 1-11-14, donde se abrió fuego al cuerpo.¿Hubo caos y miedo por balas de goma? Si. Puede ser reprochable, si se pudiera ver la situación en la que quedaron esos policías bajo el arrojo de piedras, si hubo alternativas de evitar todo esto antes que se complicara. Hoy, sin ello, es difícil asegurarlo. Pregúntenle al oficial de la local que recibió el piedrazo en la frente. Seguro no tendrá el mismo punto de vista que el del niño que fue a buscar la piedra. ¿Y sus padres dónde están?
Tampoco sirve la respuesta oficial de la suspensión de las actividades, puesto que solo apoya la teoría que desde algunos sectores imponen: "La policía no sirve o no alcanza". Como si fuera la única institución en este país que sufre de descreimiento. Como si hubiese un sólo sector que fuera impoluto, claro, sensato y que no se autoproclamara ser el iluminado "defensor de los intereses del pueblo".
Lo que sí sucede aquí, para echar algo de luz a la cuestión, es que nadie sabe bien qué pedirle a la policía. Porque muchos de los que hoy aseguran que la policía actuó mal, no ofrecen una alternativa, de hecho, vale aclarar, la idea de la Policía Local viene desde el 2014, propuesta por el ex Gobernador Daniel Scioli. ¿Se acuerdan del Ministro de Seguridad Granados? Ahora es una policía hoy refrendada por la Gobernadora Vidal. Dos movimientos que parecen intentar copar la cabeza de todos asegurando que sólo existen ellos. Que no hay gris posible. Ojo, no son los únicos, hay hasta movimientos minoritarios que padecen el mismo virus. Sin dudas hubo, hay y seguirán habiendo muchos fallos de las fuerzas, que están en general, como lo sociedad que las critica, en niveles poco alentadores o confiables. Lo que falta, es justamente lo que todos los sectores políticos deberían aportar. Un claro protocolo, debatido con la sociedad, para establecer cómo se deben manejar en tal o cual circunstancia. Uno que incluya a la justicia, a la sociedad entera.Pero eso no sería conveniente para cada sector. Los oficialismos de turno, justificando sus errores o malos manejos, las oposiciones, criticando si se hace A o si se hace B, porque siempre habrá gente afectada. Y la rueda seguirá, útil para los discursos, poco clara en las acciones. Con la gente en el medio, fanatizada, sin análisis, usando bajadas de línea de un lado o el otro, peleándose por elegir qué color decide, si azul o amarillo, antes de qué ideas sirven y dónde podemos ponernos de acuerdo. Todos con sus hipocresías y sus medias verdades. Especuladores.Y así estamos como sociedad, porque de algún lado salen los políticos, la policía, los ladrones, los vándalos, las hinchadas, los intereses, los negocios, los enfrentamientos, la miseria. De la sociedad. De la misma que reclama. Entonces, la propuesta es dejar de generalizar, separar la paja del trigo, tratar de ver lo que se equivocó cada uno para adentro y tener mejores intenciones para aportar soluciones viables entre todos.
Pobre de quien crea que puede sacar provecho de una situación así. Porque algunos tendrán algún día, que ponerse del otro lado. Y como hemos visto hace más de un año, los que decían una cosa, dicen la otra. Y así sigue el juego de la buena pipa... y el de la mala política.