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El accidente se produjo ayer a la noche en adyacencias de la Ruta 28 luego de que un Renault 18 que iba en dirección a nuestro distrito se despistara e ingresara varios metros, pasando una zanja para culminar contra una columna. Hubo que buscar mucho porque la zona era oscura y el auto había quedado detrás de los pastizales.Eran poco más de las 23:30 cuando un automovilista llamó al 911 para avisar de un vehículo que se habría accidentado en la Ruta 28. Un móvil de la Policía Rural se dirigió a la zona y no encontró ningún auto ni moto sobre la calzada. En un par de recorridos, llamó a la base para pedir más datos porque no lo hallaba y otro llamado, que sería de una camioneta, habría alertado que miraran al margen derecho de la mano hacia Rodríguez, algunas cuadras antes del destacamento de Marabó.
La alta velocidad y la mala fortuna terminaron con la vida de este joven de 25 años, que se incrustó con una columna en un sector donde no había otra en larga cantidad de metros.
Efectivamente, a unos 800 o 900 metros de la entrada al barrio, hacia Pilar, de la mano que va a Gral. Rodríguez, se podía ver al Renault 18 gris de dominio RQT 412 (si se lo apuntaba con las luces del patrullero), que había saltado por completo la profunda zanja, los frondosos pastizales y se había incrustado contra una columna de cemento de una línea eléctrica.
Era llamativo que el auto hubiera terminado de esa forma en un lugar a más de 30 metros del camino, sin haber caído en la zanja y justo ido a parar de frente contra la única columna de ese tipo en muchos metros, pero así fue. Efectivamente ha de haberse despistado a alta velocidad y sin control.
Dentro del vehículo se halló el cuerpo sin vida de un hombre joven, que luego por los documentos, se estableció que era un ciudadano nacido en Bolivia, de 25 años, que sería vecino de Pilar. Su cuerpo estaba intacto, lo que hace pensar que la muerte podría haber sido a raíz del sacudón contra la columna, aunque todo esto deberá ser establecido por la correspondiente autposia, para descartar que no le hubiera pasado nada previo al choque. Los peritajes, que a medianoche de ayer aún no habían llegado al sitio, también podrán establecer los causales del despiste y la situación del joven al volante.
Por la documentación se estableció que el nombre del joven era Kevin Diego Ramos Quiñones y al momento se desconoce si se había podido avisar a su familia del lamentable descenlace.
La ruta está muy mal iluminada en esa zona, donde al igual que en la 7, las luces funcionan de día y no de noche y si bien en el sector del accidente no hay baches y se estuvieron haciendo obras algunos kilómetros antes, también hay que decir que no hay banquinas y los pastizales estaban muy altos, lo que también colabora con situaciones de alto peligro.
No obstante, los accidentes que se dan en esa zona suelen ser fuertes porque las velocidades de los automóviles superan lo establecido. Algo por demás vergonzoso a nivel de consciencia si se toma en cuenta que antes del ingreso al casco urbano de la ciudad hay una cámara de fotomultas de la Provincia de Buenos Aires, por la cual todos los que van superando los 120 kilómetros hasta un kilómetro antes, bajan por esos 500 metros a menos de 60.
La alta velocidad y la mala fortuna terminaron con la vida de este joven de 25 años, que se incrustó con una columna en un sector donde no había otra en larga cantidad de metros.
Efectivamente, a unos 800 o 900 metros de la entrada al barrio, hacia Pilar, de la mano que va a Gral. Rodríguez, se podía ver al Renault 18 gris de dominio RQT 412 (si se lo apuntaba con las luces del patrullero), que había saltado por completo la profunda zanja, los frondosos pastizales y se había incrustado contra una columna de cemento de una línea eléctrica.
Era llamativo que el auto hubiera terminado de esa forma en un lugar a más de 30 metros del camino, sin haber caído en la zanja y justo ido a parar de frente contra la única columna de ese tipo en muchos metros, pero así fue. Efectivamente ha de haberse despistado a alta velocidad y sin control.
Dentro del vehículo se halló el cuerpo sin vida de un hombre joven, que luego por los documentos, se estableció que era un ciudadano nacido en Bolivia, de 25 años, que sería vecino de Pilar. Su cuerpo estaba intacto, lo que hace pensar que la muerte podría haber sido a raíz del sacudón contra la columna, aunque todo esto deberá ser establecido por la correspondiente autposia, para descartar que no le hubiera pasado nada previo al choque. Los peritajes, que a medianoche de ayer aún no habían llegado al sitio, también podrán establecer los causales del despiste y la situación del joven al volante.Por la documentación se estableció que el nombre del joven era Kevin Diego Ramos Quiñones y al momento se desconoce si se había podido avisar a su familia del lamentable descenlace.
La ruta está muy mal iluminada en esa zona, donde al igual que en la 7, las luces funcionan de día y no de noche y si bien en el sector del accidente no hay baches y se estuvieron haciendo obras algunos kilómetros antes, también hay que decir que no hay banquinas y los pastizales estaban muy altos, lo que también colabora con situaciones de alto peligro.
No obstante, los accidentes que se dan en esa zona suelen ser fuertes porque las velocidades de los automóviles superan lo establecido. Algo por demás vergonzoso a nivel de consciencia si se toma en cuenta que antes del ingreso al casco urbano de la ciudad hay una cámara de fotomultas de la Provincia de Buenos Aires, por la cual todos los que van superando los 120 kilómetros hasta un kilómetro antes, bajan por esos 500 metros a menos de 60. 
