La noticia judicial tomó repercusión nacional luego de que se confirmara que el Jefe Departamental de Moreno-Gral. Rodríguez haya sido declarado culpable de haber armado una causa de violación contra un remisero en tiempos en los que trabajaba en Pilar. Tras vivir un calvario, el hombre acusado contó su historia, pero el policía no iría preso y aún no fue pasado a disponibilidad.
Una noticia que tiene un fuerte peso en la región y para toda la Policía Bonaerense fue dada a conocer tras la confirmación judicial que salió del Tribunal Oral de San Martín, sobre un caso del 2012, cuando el actual Jefe Departamental de Moreno-Gral. Rodríguez poseía el cargo de Jefe Distrital de Malvinas Argentinas.
Darío Lutte fue encontrado culpable de armar una causa contra un remisero que fue llevado detenido por una violación que se comprobó que no realizó, pero sufrió cantidades de vejámenes que no se los quita ni la sentencia judicial, especialmente por lo escasa que resultó, que no representará ni un día de detención. Se lo condenó a dos años de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación. Igual no irá preso porque se trata de una pena de ejecución condicional.
Por aquel entonces, Lutte le encargó a Emilio Gómez, jefe de calle de la comisaría de Los Polvorines (Malvinas Argentinas) la investigación de tres casos de violación (dos con acceso carnal y uno en grado de tentativa) perpetrados por un remisero que levantó pasajeras a las que luego terminó abusando.
En el juicio oral de la semana pasada en el TOC 2 de San Martín, se determinó que los policías son coautores mediatos del delito de "falso testimonio calificado", ya que usaron a tres víctimas para armar la causa contra el remisero.
Para hacerlo (y según el testimonio del chofer), dos policías de civil fueron a su casa y le dijeron que había habido un accidente con un auto blanco, excusa para tomarle fotos al auto y a él que estaba parado al lado. Días después, los mismos agentes lo fueron a detener y le dijeron que estaba acusado de violación.
El único elemento legal que tuvieron fue que el auto era de la misma marca y color. Sin embargo, Gómez le mostró a las víctimas las fotos de él y les dijo que lo señalaran el la rueda de reconocimiento. Además, a una de las chicas le hizo recordar la patente del FIAT Duna. Lutte llegó a la comisaría con ellas, y hasta guió las declaraciones testimoniales, pero se defendió diciendo que el no las había inducido a decir nada.
Lo trasladaron a la seccional de Tortuguitas y, según lo publicado por Clarín, lo metieron en la celda con otros presos que encontraron entre sus cosas el papel que contenía la acusación en en su contra. "Así que vos andás violando", le dijo uno antes de que lo golpearan, le hicieran lavar el inodoro, lo obligaran a practicar sexo oral. Quisieron violarlo pero sus gritos alborotaron la comisaría y logró evitarlo.
"Fue cada noche un calvario distinto, me tiraban agua fría mientras dormía, me maltrataban, me humillaban. Cada vez que tenía que venir a San Martín a declarar, todo el viaje me golpeaban, me escupían, me puteaban hasta que llegó el día que quedé libre", contó el remisero en el juicio. Y agregó "Ya no volví a ser el mismo, tuve tres intentos de suicidio, me tuvieron que internar, hasta hoy tengo pesadillas, tengo miedo de salir a la calle, tengo pánico de ver un policía". Estuvo 40 días detenido hasta que los estudios de ADN demostraron su inocencia.
El abogado del remisero, Walter Reinoso, le manifestó a Clarín su conformidad con la sentencia, dado que mientras él había solicitado cinco años de prisión para los imputados, la fiscal Verónica Pérez había pedido la absolución de Lutte y sólo dos años para Gómez por "incumplimiento de los deberes de funcionario público".
Lutte estaba a cargo de todas las autoridades de Moreno y de Gral. Rodríguez (Comisarías, CPC, etc). Según se pudo averiguar, no se llevaba bien con la política local ni con la del vecino distrito.
No había realizado una conferencia para presentarse y aunque parece increíble, llegaron a tenerlo en cuenta para ascensos previo a esta resolución, que no sólo podría lograr que lo separen de la fuerza sino que también podría darle herramientas legales a todos aquellos que intenten demostrar su inocencia en causas que hayan pasado por su despacho, aunque sí sean totalmente culpables.
Habrá que ver si esta práctica del armado de causas era algo habitual en su función. También habrá que analizar la participación de la fiscalía ya que sin un mal proceso de ésta, por complicidad, excesos de confianza o negligencia, es muy difícil que prosperen estos delitos como los cometidos por Lutte.
En General Rodríguez hubo un caso similar en el que la justicia actuó de manera indebida. Fue a principios del año pasado tras dos casos de abuso sexual en la ciudad y otros tantos no confirmados. Por la presión de los medios, se tomó la decisión de detener a un hombre de más de 30 años con retraso madurativo sólo por el hecho de que a las víctimas les había parecido conocida su voz y algunas facciones físicas.
Fue liberado poco más de cinco meses después cuando se pudo establecer que en el horario en que ocurrieron los hecho y por dónde él se movía, no había posibilidades de que fuera él. Además, según su abogado, el teléfono celular robado a una de las víctimas se activó mientras el imputado estaba detenido. La investigación estuvo a cargo del fiscal Pablo Vieiro, que hasta confirmó al hombre como el responsable de las violaciones ante los canales de TV que cubrieron la noticia frente a la Comisaría Primera.