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Una mujer que es hija de una interna de la comunidad del hospital (el barrio que está dentro de las tierras del nosocomio) denunció a su vecino tras escuchar el relato de su hija de nueve años, que le contó que había recibido manoseos y acoso sexual de parte de un hombre de más de 50 años que vive junto a su casa. Ella pide que se respete la orden perimetral y acusa al director del hospital de no moverlo a otro espacio, supuestamente, por cuestiones legales.Gabriela Edith Ibarra tiene dos hijos, uno de 19 años y una de nueve. Mili le contó meses atrás la razón por la cual cada vez que se encuentra con su vecino José A.(de aproximadamente 50 años), lo mira mal o hasta llega a insultarlo. Según lo que le contó a la mamá (que luego se llevó a la justicia), este sujeto, con quien tiene mala relación, habría cometido abusos con la nena.
Según el relato de la chica, este hombre, quien es enfermo del mal de Hansen, había comenzado con acosos desde hacía años. En un comienzo dijo una situación en particular, en la cual el acusado por Ibarra le habría mostrado sus partes íntimas a la menor, sin llegar a un contacto directo con ella. Consta en la denuncia realizada en la Comisaría 2° el 16 de marzo pasado que la señora contó lo que le dijo su hija: "mamá, cuando yo tenía seis años, José me mostró el pitulín cuando fui a ver a la abuela".
Según el testimonio de la Gabriela, el sujeto lo habría repetido, lo cual saldría de posteriores indagaciones de parte de la misma mujer.
No es menor que se dirigió además a la dirección de Niñez, donde se habría establecido que efectivamente, la niña diría la verdad, cuestión que se deberá terminar de confirmar luego de una Cámara Gesell que podría terminar de establecer los hechos, cuyo último antecedente dataría de enero de 2016.
El director del Sommer, Gustavo Marrone
Ibarra asegura que en la alejada comunidad del Sommer hay también más casos, incluso más graves, referidos a los abusos de otros hombres, en especial se refirió al caso de Karina, madre de un chico abusado (por otra persona), que "al menos logró que lo manden a otro pabellón". Ella pidió que al hombre se lo aleje tras tener en sus manos una orden de restricción, pero al hablarlo con el director del hospital nacional, Gustavo Marrone le contestó que "hay artículos por los cuales no puede hacerlo".
Los días pasan y mientras se aguarda el avance de la causa, que radica en la UFI N°9, se busca avanzar con la perimetral, que es de un mínimo de 500 metros para evitar contacto con la familia afectada.
Ibarra vive allí desde hace hace seis años, pero en el barrio, la prioridad es de los enfermos de Lepra, como su madre. Gabriela dijo que "el director (Marrone) dijo que la que se tiene que ir soy yo, que no lo puede sacar él. Ya le mandaron dos comunicaciones de la justicia, pero no pasa nada". Mientras, Mili deberá seguir con la terapia, teniendo que cruzar se con el hombre al cual acusó.
La cámara Gesell se realizaría en los siguientes días y faltaría ver si se realizó o no una pericia sobre el acusado, que lleva allí adentro, una vida normal. La mujer no dejó la oportunidad de reclamar por la actitud gremial decidida de "no involucrarse" de parte de su gremio y de tomar parte por el acusado, de otro. Por si fuera poco, la familia del sujeto le habría generado alguna amenaza en represalia "de parte de la hija de Alegarde, quien proviene de Córdoba", según expresó Ibarra.
Según el relato de la chica, este hombre, quien es enfermo del mal de Hansen, había comenzado con acosos desde hacía años. En un comienzo dijo una situación en particular, en la cual el acusado por Ibarra le habría mostrado sus partes íntimas a la menor, sin llegar a un contacto directo con ella. Consta en la denuncia realizada en la Comisaría 2° el 16 de marzo pasado que la señora contó lo que le dijo su hija: "mamá, cuando yo tenía seis años, José me mostró el pitulín cuando fui a ver a la abuela".
Según el testimonio de la Gabriela, el sujeto lo habría repetido, lo cual saldría de posteriores indagaciones de parte de la misma mujer.
No es menor que se dirigió además a la dirección de Niñez, donde se habría establecido que efectivamente, la niña diría la verdad, cuestión que se deberá terminar de confirmar luego de una Cámara Gesell que podría terminar de establecer los hechos, cuyo último antecedente dataría de enero de 2016.
