El Lechero había ganado y esperaba los últimos minutos. Ituzaingó empataba y con ese resultado, el ascenso se iba para Rodríguez. Bastaron segundos para que la cosa cambiara: el penal agónico y el gol de Anriquez, le dio el festejo al Verde y dejó pura tristeza en Alem.
El partido ya había terminado y la satisfacción de la goleada casi no imutó las caras de los jugadores de un Alem que había cumplido con lo que tenía que hacer. En ese momento, la cosa pasaba en otro lado, y el sueño del ascenso sólo dependía de que se esfumaran los últimos dos minutos en General Villegas, donde Ituzaingó empataba 1-1 con Liniers y mudaba el festejo a Rodríguez.
Pero en el fútbol todo puede cambiar, y en un segundo, el semblante de nervios y tensión cambió al de tristeza y desazón para el Lechero, porque una falta en el área provocó un penal para el Verde en tiempo de descuento que Damián Anriquez se encargó de cambiar por gol. En tiempos de tecnología, redes sociales y más, la noticia tardó un instante en llegar a Campana.
Varios futbolistas terminaron viendo el partido a través de un dispositivo móvil aún en el campo y se retiraron del mismo con el dolor de una nueva frustración, ante la burla de algunos hinchas de Puerto Nuevo, algo que suele suceder en instancias cómo estas.
Alem volvió a acariciar el ascenso pero éste, escurridizo, se le volvió a escapar. Por estas horas, la desilusión es tan grande que en el Mundo Lechero cuesta aceptar que aún hay una chance más y hay que ir por ella. La oportunidad del Reducido tiene que convertirse ya mismo en el próximo objetivo. Claypole lo está esperando en el primer cruce y el conjunto rodriguense tiene que cambiar el chip cuanto antes si quiere irse de la Primera D. Su historia lo obliga a ponerse de pie, aunque el golpe de ayer lo haya dejado de rodillas.Los videos:
https://youtu.be/UC7MA8bdPtI
https://youtu.be/a1VZZmPtIo4