Hoy se cumple el primer aniversario de la noche que manchó la historia de la política argentina. El entonces secretario de Obras Públicas de la Nación había sido encontrado infraganti arrojando bolsos con más de 9 millones de dólares a un convento en nuestra ciudad.
La noticia se conoció en las primeras horas de la mañana del 14 de junio del 2016, (justo hace hoy un año) y generó un impacto nacional tan importante que fue tema de agenda en los medios de comunicación durante los meses posteriores. Realmente, así lo ameritaba: se trataba de uno de los hechos más oscuros de la historia de la política argentina y que terminó marcando a fuego al kirchnerismo derrotado en las elecciones del año anterior.
A José López, ex secretario de Obras Públicas de la Nación y mano derecha de Julio de Vido en el Ministerio de Planificación Federal durante la gestión K, lo detuvieron en la madrugada día metiendo bolsos con más de nueve millones de dólares al Monasterio "Nuestra Señora de Fátima" en nuestra ciudad, ubicado en la calle Mansilla entre Comandante Gonzalez y Batallón Norte, en el barrio San Bernardo. Sin embargo, el delito que se le imputó fue el de "portación ilegal de arma de guerra" ya que llevaba entre los bolsos una carabina SIG SAGUER calibre 22 con 25 cartuchos. Nunca quedó claro nada sobre la procedencia del dinero.
Ni siquiera hoy, cuando el ex funcionario kirchnerista cumple su primer aniversario tras las rejas en el penal de Ezeiza. "
No es mío, vino de la política", había dicho en una indagatoria en la que le puso suspenso al tema que todos quieren saber. "
Cuando tenga la fortaleza física, psicológica y espiritual necesaria, voy a dar todos los detalles con relación a ese dinero", había agregado,
según consigna una nota del diario Perfil en su edición online.Tras las rejas, López se dedica a fabricar bolsas de papel reciclables en el taller de la cárcel, así como también tomó cursos de narrativa y canto. ¿Cantará?
Según Perfil, también se interesó en estudiar Derecho y lee la causa. Camina en el pabellón y sale al campo de deportes. En cuanto a su salud, bajó casi diez kilogramos, en parte por la gastritis crónica y el síndrome de colon irritable que sufre.
Tras su traslado al pabellón común, López aseguró en una carta que el mismo escribió que se encuentra "conforme con el alojamiento asignado" y que no tiene "problemas con la población ni con el personal". Mucho más tranquilo y calmo de lo que estaba el día que llegó al complejo de Ezeiza (ya en nuestra ciudad parecía desorientado y se hablaba de una supuesta adicción a la cocaína). "Yo también quiero entender que pasó el día de mi detención", dijo en una indagatoria.