Panorama sobre las expectativas de las fuerzas que competirán en los comicios y cómo puede quedar dispuesto el Concejo Deliberante de acuerdo a los resultados posibles. El oficialismo se juega su estabilidad en el recinto para los años que le quedan como gobierno municipal, mientras que la oposición podría ganar terreno y ejercer un mayor control sobre el Departamento Ejecutivo.
Los últimos días transcurrieron sin acciones de campaña electoral por parte de los candidatos locales, que decidieron suspenderlas por las novedades recientes en el caso vinculado a la desaparición de Santiago Maldonado. Así, las cartas ya están echadas y habrá que esperar al domingo para ver el desenlace de estas elecciones legislativas que ya tuvieron el filtro de las PASO en agosto y que ahora definirán cómo queda, en el ámbito local, el mapa del Concejo Deliberante.
En total, se renuevan 10 de las 20 bancas en el recinto. Unidad Ciudadana en 2 de las 5 que posee (las de Mauro García y Gastón Dóminguez), Un País en 5 de sus 6 (las de Carmelo Maslowski, Gonzalo Graña, Alfredo Cordero, Susana Gómez y Fernando Kubar), mientras que Cambiemos en 3 de sus 8 (Francisco Pin, Gustavo “Baby” Gómez, y Julia Arenas).
Por cada 10% de los votos se ingresa un concejal, y las bancas que quedaron sin obtenerse se repartirían de a "restos" entre los que alcanzaron al menos una.
El kirchnerismo, con Mauro García a la cabeza, ganador de las PASO con el 33% conseguido en agosto, se aseguraría al menos tres (una más de las que renueva) con chances de que sean cuatro o hasta cinco, dependiendo de los porcentajes de las otras fuerzas.
A Natalia Ruiz, con un 31%, también le aseguraría renovar las 3 bancas del oficialismo y podría conseguir más si crece, la polarización podría dejar a sólo dos fuerzas ingresando ediles.
La incertidumbre pasa por lo que suceda con Un País (18%), cuyos candidatos (ambos concejales actuales) Carmelo Maslowski y Gonzalo Graña fueron por listas separadas y no compitieron, pero ninguno de los dos superó el piso mínimo para lograr un lugar en el recinto. Habrá que ver si los votos migran de un nombre al otro o si fugan a otras fuerzas. Si uno de los dos supera ese 10% se aseguraría un concejal y podría quedarse con otra banca de acuerdo a los resultados. De no lograrlo, potenciarían las chances de las fuerzas de punta y no sólo eso, sino que representaría la salida del Concejo de dos ediles con más de una década de vigencia en el espacio legislativo municipal.
El mapa determinará, en cualquiera de los casos, que el kirchnerismo se convierta en primera minoría, dado que hoy parece virtualmente imposible que el massismo conserve la totalidad de las bancas que pone en juego. Habrá que ver cuanto se amplía su poder en el recinto. En tanto, las aspiraciones del oficialismo se orientan a sostenerse numéricamente en paridad con la oposición (y reforzar a 2019 la idea de un Kubar que pelee por la reelección), dado que un crecimiento imponente de esta puede quitarle la estabilidad en cuanto a las iniciativas de gobierno y traducirse en llamar a funcionarios a dar explicaciones, rechazarle pedidos, hacer comisiones investigadoras en caso de irregularidades.
Blanco, de Cumplir, puede aspirar a mejorar su performance, aunque en su espacio hubo conformismo por el 6% obtenido. Por el lado del Frente de Izquierda (2%), también apuntará a mejorar y crecer como fuerza, dada la dificultad de obtener el tan ansiado ingreso al Concejo Deliberante. Una sorpresa sería si esta fuerza pelea con la de Blanco por el quinto lugar.
Por lo pronto, habrá que ver que cambios se producen en los porcentajes respecto de las PASO, teniendo en cuenta el casi 4% de votos que habían sido destinados a las fuerzas que no accedieron a esta instancia y los más de 4000 votos en blanco, si es que una porción de esa masa de electores se decide por uno de los candidatos el domingo.
