Seguridad Destacado 2 NOV 2017

Una historia de abuso, conflicto, fuga e indignación en el barrio Agua de Oro

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Se dio en el seno de una familia, que exige respuestas a la Justicia. La víctima tiene 12 años y habría sido abusada por su padre. La madre de la nena radicó la denuncia policial pero lo sucedido después despertó sus reclamos.

Por las redes sociales, todo General Rodríguez estuvo en vilo por la aparición de una nena rodriguense de 12 años que, con el teléfono celular desconectado, no había llegado a su casa y su familia pasó más de un día entero buscándola. Finalmente, el lunes 18 de septiembre pasado, se la encontró sana y salva, en la casa de un amigo en el barrio La Fraternidad, y lo que pareció un hecho aislado en realidad fue uno de los coletazos de una historia mucho más fuerte y conflictiva. Lo cierto es que unos meses atrás, en junio, la nena ya se había escapado de su casa en el barrio Agua de Oro, sobre Las Violetas entre French y Paraná. En aquella ocasión, la nena no había regresado del colegio y también había aparecido en la vivienda de un compañero de clase. El accionar de la menor no era casualidad: atravesaba un conflicto psicológico cimentado en un hecho que recién en ese segundo escape del mes pasado le pudo confesar a la Policía, que a su vez le dio aviso a Patricia, la mamá: la nena había sido abusada por su papá y temía quedarse sóla con él. Según su relato, el hombre, Ignacio Adrián Ibarra (uruguayo de 56 años), le habría metido la mano por debajo del pantalón para tocarle el trasero. "Quedó muy consternada, porque para ella su papá era su ídolo", cuenta Patricia, que tras conocer esa información lo echó de su casa y radicó la denuncia en la Comisaría 2° de Malvinas. Ibarra no se fue muy lejos, terminó alojándose en una quinta lindera cuyos dueños le habían encargado el cuidado de la vivienda emplazada allí a Patricia, que tras insistir ante la Justicia, consiguió que ésta expidiera una orden de restricción perimetral para su ex pareja. "Cuando vino la policía, se metió adentro de la casa y no salió. Los oficiales se terminaron yendo y al otro día, él se fue a lo de un pariente en Quilmes y de allí, se tomó un micro hacia Calamuchita, Córdoba. Hoy está allá, muy tranquilo, mientras acá su hija tiene pesadillas por las noches", manifiesta indignada la mujer, que dice haber pedido varias veces a la Justicia que se produzca la detención de Ibarra, de quien ya avisó su paradero. Patricia asegura que el hombre había tenido episodios de violencia contra ella y sus hijos (los que no son de él) en años anteriores. Incluso, tras uno de esos hechos, había estado detenido dos días en 2009. También comenta que la familia de él le dio su apoyo a ella y que el pariente de Quilmes en cuya casa se alojó el día antes de irse a Córdoba no conocía lo que había sucedido al momento de recibirlo. Mientras Ibarra se encuentra en aquella provincia (o al menos Patricia afirma tener ese dato), la mamá de la nena abusada explica que debió renunciar a su empleo como cuidadora de ancianos para poder estar presente en su casa luego de enterarse de lo sucedido, aunque se le "está complicando" poder conseguir un empleo y pide ayuda a la comunidad. También asegura que ahora busca que su hija comience tratamiento psicológico para reducir las chances de otras conductas irregulares asociadas al estrés producido por la difícil experiencia vivida.