El plan impulsado desde el Gobierno Nacional, que tuvo su primera experiencia en 2016, llega nuevamente para evaluar los conocimientos de los alumnos primarios y secundarios y sigue la polémica con sectores gremiales. A diferencia del año pasado, no se suspenden las clases para el resto.
En medio de un contexto que incluye el proyecto de reforma educativa, desde el Ministerio de Educación vuelven a lanzar el Operativo Aprender, que tuvo su primera experiencia el año pasado.
Para esta segunda edición, la inversión para ponerlo en práctica será 380 millones de pesos. Tendrá un alcance nacional y se llevará a cabo el día 7 de noviembre, según afirmó Alejandro Finocchiaro (ministro de Educación) y Elena Duro (secretaria de Evaluación Educativa).
Este 2017 participarán 31.300 escuelas, 1.210.620 estudiantes y 92.730 docentes. Tiene como particularidad que,
en relación al 2016, no se suspenderán las clases.La evaluación será, por un lado, a chicos y chicas de 6to grado de primaria y, por otro, a los alumnos y alumnas de 5° o 6° año (el décimo segundo año) de secundaria.
Se tomará Ciencias Naturales (seres vivos, los materiales y sus cambios, la Tierra y el universo) y Ciencias Sociales (las sociedades a través del tiempo, las actividades humanas y la organización social) en el caso de la primaria.Uno de los puntos mas importantes es el financiamiento que tendrá. La cifra millonaria se debe a que ese monto incluye el diseño de las pruebas, su distribución y el correo. El gasto es mayor del año pasado. Además, los alumnos van a recibir dos cuadernillos (uno por cada asignatura) y la evaluación será múltiple choice, con cuatro posibles respuestas a cada pregunta. Una novedad será que estarán a disposición pruebas en braile para los alumnos con ceguera.
Finocchiaro declaró ante Infobae que "nos estamos rebelando contra el conservadurismo del sistema. Para lograr excelencia educativa tenemos que saber cómo estamos, cómo repercuten las políticas públicas que implementamos".
Los resultados estarán recién entre marzo y abril de 2018 y se darán a conocer en todas las provincias en simultáneo. Una prueba será ver como se suple la diferencia que existe entre Buenos Aires y el resto del país a nivel de resultados.
En Gral. Rodríguez:
Puntualmente lo que acata nuestro municipio, los resultados del 2016 no fueron muy alentadores y la ciudad tuvo como resultado un grado de "alto vulnerabilidad". La corrección se realiza con la siguiente puntuación: "debajo del básico/básico" y "satisfactorio/avanzado".
En lo que respecta a los alumnos de 6° de primaria obtuvieron en matemática un 54,8% de la peor categoría y un 45,2% supera el nivel satisfactorio. En lengua los números son similares. El problema está a nivel secundario en nuestro distrito donde, por un lado, en lengua, los participantes de 5 o 6 año tuvieron un 57,8% "debajo del básico/básico" mientras que el 42,2% restante obtuvo "satisfactorio/avanzado".
Por otro,
en matemática, los números son alarmantes: el 80,3% de los alumnos secundarios no pasa los conocimientos mínimos en la materia; sólo el 19,7% logra alcanzar como resultado una calificación satisfactoria o avanzada. Al momento, todo queda en la evaluación de los resultados y no hubo comunicación de cómo se piensa trabajar para elevar los resultados académicos.
Vale tener en cuenta que nuestra ciudad tiene sectores de alta vulneravilidad social, donde los contenidos académicos en algunos casos quedan detrás de otras cuestiones básicas sin resolver por años en las familias de los chicos, con una decadencia que se ha acentuado en las últimas décadas y también por el contexto de aumento demográfico, donde miles de familias pobres se han mudado a la ciudad con situaciones que vienen de arrastre desde sus contextos económicos y culturales previos.
Gremios y espacios políticos opositores han planteado que están en contra del gasato y de la evaluación por sus metodologías y posibles usos futuros.
Todo esto debería culminar en un proyecto educativo claro con políticas públicas para achicar la brecha académica y también la de la vida en general.En contra de las pruebas estandarizadas:
Gremios y varios docenes se han manifestado en contra el año pasado y han incentivado a faltar o no realizar la prueba y este año la cuestión no se terminó, dado que la polémica continúa. Las razones que se esgrimen son que al ser estandarizadas, las pruebas carecen del contexto social y no toman en cuenta las características locales de cada alumno. Vale recordar, que las evaluaciones son de carácter anónimo, sólo sirven para evaluar el nivel educativo y algunos se preguntan incluso si eso mismo no atenta contra el empeño del alumnado que la realiza.
A su vez, se dice que los que las toman son docentes que no son de la institución y que "esconde este mecanismo la idea de rankear las escuelas para castigar a unas y premiar a otras según su desempeño" y que el resultado "sólo cubre dos materias".