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Se trata de un empresario de 56 años que fue detenido la semana pasada en el barrio porteño de Villa Urquiza. La organización criminal operaba en distintos países del continente y trasladaba droga a Europa.
La semana pasada y en el marco del Operativo Quijote, un importante despliegue de las fuerzas federales tras una investigación de más de tres años de la jueza Sandra Arroyo Salgado, se llevó a cabo la detención del empresario Gustavo Sancho (56) en su casa del barrio porteño de Villa Urquiza. El individuo, oriundo de Chaco pero dueño de varios boliches en San Martín, está acusado de liderar una poderosa banda narco que traía droga al país desde Bolivia y Perú, con escala previa en Paraguay, para llevarla a distintos puntos de la provincia de Buenos Aires y luego enviarla a Europa a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata.
Los vehículos secuestrados en los allanamientos de Gendarmería.
La aprehensión se dio en el marco de unos 45 allanamientos de Gendarmería en propiedades del conurbano bonaerense, Pinamar, Mar del Plata, Capital Federal y la ciudad chaqueña de Roque Saenz Peña.
Según datos difundidos por el Ministerio de Seguridad de la Nación, el modus operandi de la banda, luego de traer la droga al país, era distribuirla en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires a través de vuelos clandestinos que se hacían de noche y bajo malas condiciones climáticas para no ser detectados por los radares. Entre los lugares elegidos, usualmente llegaban a estancias o campos arrendados por testaferros sin ganado ni productividad, con el único fin de utilizarlos como postas en el traslado de los estupefacientes. General Rodríguez fue uno de los sitios que mencionan los datos oficiales, así como también Azul, General Belgrano y Mar del Plata.
Desde allí, integrantes de la banda introducían la droga en vehículos ligeros escondiéndola entre mercaderías y la enviaban a los puertos de Rosario y Mar del Plata, desde donde partía hacia España.
La banda tenía conexiones con Brasil, Ecuador, Canadá y hasta el norte de Africa. En el procedimiento policial se detuvo a Sancho, su esposa, sus tres hijos y otros once sospechosos y se encontraron en la casa de Villa Urquiza 323.413 dólares, 37.610 euros y 2.312.512 pesos. Además, se secuestraron en el resto de los allanamientos 45 autos de alta gama (entre ellos un Chevrolet Camaro), 12 motos (una Harley Davidson), una moto de agua, 135 teléfonos celulares, computadoras, 3 lingotes de oro (300 gramos de oro solido), 285 monedas de oro, 13 armas de puño, 13 armas largas, documentación de interés para la causa, 3 balanzas de precisión, 1 prensa hidráulica, municiones de distintos calibres, joyería de lujo, electrodomésticos suntuosos, 3 GPS y sustancias de estiramiento como 20 kilogramos de manitol.
Además de estar acusado de narcotráfico y lavado de dinero, Sancho es sospechado de ser uno de los posibles enemigos de Juan Alfredo Rodríguez, el padre de Candela Sol Rodríguez (11) asesinada en 2011 en Hurlingham. Además, Rodríguez también mencionó a la Justicia otros sujetos que podrían estar vinculados con el narcotráfico en el distrito de San Martín, donde vive parte de la familia de Sancho como su hijo mayor, el piloto de TC Pista Alan Sancho (29) que fue secuestrado en diciembre de 2009 y liberado 30 horas más tarde en Ituzaingó, sin que se pagaran los 200.000 euros que los captores pedían para rescate.
De todas formas, Gustavo Sancho ya había sido detenido en 2010, acusado de tener relación con una avioneta que aterrizó de emergencia en la localidad de Corzuela, en Chaco, a más de 200 kilómetros de la capital. Aunque los peritos no hallaron droga en el bimotor, sí pudieron comprobar que la nave había trasladado cocaína. Igual, Sancho había sido absuelto de esa causa, aunque su suerte se definió días atrás, a unos siete años de aquel suceso. 
