Sucedió semanas atrás y fue noticia de medios nacionales. Lo sufrió una mujer de 55 años de edad en su casa ubicada en la localidad de Francisco Alvarez. Sospecha de la Policía.
Zulema Soto fue torturada y violada por hombres vestidos de policías en su casa. (Clarín).
Este martes 26 de noviembre se realizaron distintos allanamientos en General Rodríguez que concluyeron con cuatro hombres detenidos de 36, 42, 43 y 77 años de edad. Los procedimientos fueron en el marco de la investigación de un hecho ocurrido en Francisco Alvarez, Moreno, semanas atrás.
Fue precisamente el pasado 16 de noviembre, cuando Zulema Soto, de 55 años, fue sorprendida en su casa por cuatro individuos vestidos de policías. La hicieron vivir el peor de los infiernos: la cortaron en la espalda, los brazos, las piernas; la golpearon, la hicieron caminar descalza sobre vidrios y botellas rotas; y terminaron violándola. Lo más leve fue ponerle un revólver calibre 9 milímetros en la cabeza.
Parte de los elementos encontrados en los allanamientos en Rodríguez.
Constantemente le habían exigido lo que parecía el dato con el que se habían acercado allí: "Queremos la plata del plazo fijo". Así lo contó la víctima en una entrevista realizada al Diario Clarín. Se terminaron retirando del lugar sin el dinero ni objetos de valor, pero antes de irse también le hicieron quemaduras en el pecho.
Soto dice: "Tengo cortes desde los pechos hasta las piernas. Estuve una semana en una clínica para recuperarme. Me destruyeron la vida". Y teme que no haya justicia: "Tengo muy presente sus caras. En la fiscalía me quisieron mostrar fotos de ex detenidos pero yo pedí ver fotos de policías. Estoy segura de que lo eran. Me dijeron que no podían mostrármelas. Que en todo caso le enviarían los identikits a los policías de alto rango para que verificaran si en sus comisarías había hombres parecidos... no confío en ellos; mi miedo es que agarren a perejiles".
En los allanamientos realizados en nuestro distrito, según consignó Clarín, se secuestraron siete armas de fuego (una de ellas con inscripción de la Policía Federal), municiones, guantes de látex, gas pimienta, un juego de esposas y motos. Y esta semana, Soto debía presentarse a una rueda de reconocimiento.
Soto junto a su hijo, Juan José Hoyos, victima de un robo dos días antes. (Clarín).
La pregunta que surge es ¿cómo conocían el dato del plazo fijo? Y puede explicarse con otro suceso que sufrió el hijo de Soto, Juan José Hoyos (28), dos días antes.
Había retirado 50 mil pesos del Banco Nación de las calles Victoria y Roseff, en Moreno, subió a su auto y se dirigió a una concesionaria ubicada a 500 metros del banco para abonar los gastos de una trasnferencia por la compra de una camioneta. No llegó a entrar al lugar, porque un hombre lo apuntó con un arma al acercarse a la puerta. En total eran tres delincuentes, porque estaba junto a un cómplice y otro más esperaba en una moto.
La moto que usaron los delincuentes para robarle a Hoyos.
Consumado el hecho, Hoyos se acercó a la Comisaría 1° de Moreno para realizar la denuncia. Además del dinero, le habían robado la documentación que llevaba consigo y entre la cual estaba el comprobante del plazo fijo que había abierto tras cobrar el seguro por un accidente laboral sufrido en 2013. El hombre dice que quiso darles el código del plazo fijo y "en la comisaría me pidieron el monto del mismo. Les respondí que no hacía falta esa información, que no era necesaria y empezaron con que si no se los informaba, no podía denunciarlo. Entonces no me quedó otra que acceder", contó.
Citado en la UFI N°3, le mostraron más de 100 fotos y no reconoció a los asaltantes. Pidió seguridad para su casa por el temor de que creyeran que podía guardar el dinero del plazo fijo allí y le respondieron que "Si le tenemos que poner un policía en la puerta a cada víctima de un robo nos quedamos sin efectivos".
48 horas después sucedió lo que temía. "Como mínimo sospechamos que los policías pasaron el dato del plazo fijo”, manifestó Hoyos. “Solo ellos y los ladrones que me asaltaron a la salida del banco podían saber esa información, si es que ellos tres encontraron y leyeron el certificado entre mis pertenencias”.
En tanto, Soto confesó que duerme en hoteles o en lo de amigos. "No queremos volver a nuestra casa", reveló. Y agregó: "No me puedo sacar las caras y las voces de los cuatro. Hablaban bien. Tenían tonfas y armas reglamentarias como la Policía. No estaban limadas ni con abolladuras. Usaban uniforme de la Bonaerense y gorras de la Policía Local, pero lo que más me convence de que pertenecen a las fuerzas es la frialdad con la que actuaron y las miradas intimidatorias. Se movían como policías".
Por su parte, consultados por el Diario Clarín, fuentes policiales se desentendieron de esta sospecha de las víctimas. "as autoridades creen que ambos hechos pueden estar relacionados y que sería la misma banda la que ingresó a la casa familiar en busca de más dinero", dijeron.