El próximo lunes 18 de diciembre abre la inscripción pero hubo padres acampando toda la semana frente al establecimiento, un reflejo de la falta de vacantes en las escuelas ante la demanda creciente.
No se trata de un importante recital, tampoco de un trascendental partido de fútbol. La razón por la que decenas de personas acampan desde el pasado lunes 11 de diciembre en la vereda de la calle Alem está relacionada más con una problemática que lleva años sin poder resolverse que con el placer de disfrutar un espectáculo.
Para ésta época del año, los establecimientos educativos cubren sus vacantes para el ciclo lectivo del 2018 y, como ha pasado en otras ocasiones, la Escuela Técnica Javier Tapié abrirá la inscripción el próximo lunes 18 de diciembre. Sin embargo, los padres que buscan anotar a sus hijos en dicha institución llevan en las inmediaciones unos cinco días, esperando ser los primeros en ser recibidos y poder garantizar que sus chicos estudien allí el año que viene.
El lunes próximo, 18 de diciembre, las autoridades del Tapié comenzarán a repartir números a las 7 horas y a las 8.30 harán pasar a los padres. Según se supo habrían 180 vacantes y quienes queden afuera de la inscripción ese día, irán a lista de espera. También trascendió que desde la escuela habrian dado números a los padres que están en la fila pero no se sabe si se les ha pedido que se queden allí o si fue una iniciativa que surgió de ellos mismos por miedo a perder la vacante. Por otro lado, circuló la información de que el Municipio podría asistir a las familias colocando un baño químico en el lugar y brindando agua a los padres presentes. Habrá que ver que sucede esta tarde, ya que se pese al calor se esperan lluvias y fuertes vientos, por lo cual la situación se complicará para estas familias que se encuentran a la intemperie.
Los padres piden asistencia y el Municipio podría intervenirLa situación es, cuanto menos, llamativa e indignante, porque la gente viene pasando allí días de intenso calor, se queda durante la noche y algunos comen allí porque no tienen la posibilidad de volver a sus casas como otros que son ayudados por familiares que los reemplazan para no perder su lugar en la extensa fila, que ya está plagada de reposeras, sombrillas y demás elementos para hacer más llevadera la estadía. "
Habría que tener otro tipo de organización. Hay gente que no tiene el tiempo ni la posibilidad de hacer esto. Hay gente que se toma vacaciones para hacer esto. Uno lo toma con humor pero no está bueno. Todos los años pasa y cada vez hay más demanda. Es muy buena la educación pero no todos podemos venir a hacer este acampe", le dijo a La Posta, Yanina Garategui, de 32 años y con tres hijos, que se encuentra allí por Joaquín, de 11, que estudia en el barrio Raffo y es el que busca anotar en primer año de secundario. "A veces viene mi marido, otras una mujer que también tiene que anotar a su nene. Yo empecé la cola hoy", agregó.
De todas formas, se trata de una problemática educativa profunda que se suele dar a nivel global en muchos distritos y que en Rodríguez no encuentra excepción. Pese a las obras difundidas por la Comuna en jardines y escuelas, así como la versión oficial de que se ha reducido la lista de espera en la ciudad, conseguir cupo es todo un desafío para muchas familias que terminan optando por anotar a sus hijos incluso en instituciones retiradas del barrio donde viven. "
En otras escuelas no hay vacantes. Fuimos a la técnica de Luján y no nos aceptan por no ser de allá. En esta está la posibilidad. Esperemos que entre", concluyó Garategui.
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