Dura crítica al desorden en que encontró todo y al sistema en general. Dice haberse visto obligado a tomar una decisión que sabía que activaría a los padres para presionar a que desdoblen un curso de más de 60 alumnos. Habla de los repetidores y de las propuestas que hizo para dar vuelta el panorama, con cursos de aceleración nocturnos y con la creación de un centro de estudiantes para oir sus reclamos. Opinó también de los sistemas de calificaciones.Esta semana había salido a la luz la situación de la Escuela de Enseñanza Secundaria N°6, donde una suma de factores (repitencia, falta de infraestructura y proyección, derivación de alumnos de otras escuelas y mala organización interna) determinó que algunas aulas quedaran completamente superpobladas y se llegara a la decisión de dividir los días de la semana para algunos cursos, con chicos que asistirían dos días y otros tres, de manera alternativa entre semanas.
No era la primera opción, ya que hubo un pedido para desdoblar aulas superpobladas, pero finalmente la propuesta del desdoblamiento que había hecho el flamante director Jorge Morillo fue tomada en cuenta, aunque resta ver cómo se concreta la medida. En las últimas horas, el enojo de los padres era que algunos chicos y chicas tenían que pasar a la tardenoche para continuar. En la entrevista, el director aseveró que no se va a callar y que no tiene miedo a ninguna autoridad, además, criticó la desorganización en la que heredó la parte administrativa de la escuela, antes en manos de Valeria Gozzo.
"Necesitaba presionar, generar un lío, porque no tengo otra forma", afirmó Morillo sobre lo que generó días atrás con su iniciativa. Finalmente logró que le desdoblen al menos el curso más complicado, de 62 alumnos.
Entrevista al director:
https://www.youtube.com/watch?v=MoPxTAWIHMo&feature=youtu.be
Entrevista a Jorge Morillo:
La Posta (LP): - ¿Hace cuánto llegaste a la Escuela Secundaria 6?Jorge Morillo (JM): - Yo soy el Director de la escuela. Ingresé al establecimiento el 1º de marzo de este año, 2018.
LP: - Hace nada. ¿Sabías algo de la escuela? ¿La habías visto? A fin de año pasado la EES6 se llama "Dr. René Favaloro". Un nombre muy simbólico contra la burocracia y el partidismo sobre las instituciones, que también tiene un impacto en la educación. Acelerar trámites por edificios, encontrar alternativas y dejar del lado las mezquindades sería un buen ejemplo en su memoria.
JM: - El año pasado cuando empezó el movimiento vine a conocerla, pero sólo a la puerta. Me encontré con la directora saliente a la cual iba a reemplazar para una reunión. Y recién entré a la escuela el 28 de febrero.
LP: - ¿Tenías idea del estado de la escuela? ¿Cómo podés resumir el estado en el cual la encontraste?JM: - No. No tenía idea. Cuando la ví, pensé “qué hermosa escuela, en el centro de Rodríguez, un desafío”. Cuando empecé a indagar de los asuntos de la escuela encontré muchas deficiencias.
LP: - ¿Cómo cuáles?JM: - Administrativas, como la contrainscripción de alumnos, por ejemplo.
Desprolijidades que podrían ser solucionadas muy fácilmente con organización. Cosas que faltaban que se van a ir solucionando de a poquito. Y por último, el tema de la cantidad de chicos que hay por curso.
LP: - ¿Cuántos chicos tenés por curso en promedio?JM: - En un aula normal, hay 40 como mínimo, 42 o 45. También tenemos un quinto con 64 chicos, que lo vamos a desdoblar.
LP: - ¿Cómo se llegó a esto? ¿Te explicaron cómo pasó? ¿Ha sido así el año pasado?JM: - El año pasado ha sido así. Los datos de matrícula del año 2017 muestran una realidad muy parecida a la actual.
LP: - ¿Y cómo no se explotó? Jorge Morillo viene de una "escuela satélite" en Moreno, donde dice haber tenido muy buenos avances. La complejidad de una escuela céntrica siempre es distinta y manifestó que espera generar un cambio de apertura y discusión. "Tenemos corresponsabilidad todos los que estamos, nosotros y las autoridades".
JM: - Yo creo que no se puso intención. Veo que si uno lo deja pasar a esto, creo que se termina invisibilizando. En este sentido,
si tengo este inconveniente actual y amontono a los 60 chicos dentro de un aula, creo que en un mes, de eso 60 van a dejar de venir 15. Es decir, los invisibilizamos a esos pibes y me quedo con un curso de 45, que ya es mucho, pero entran en ese salón. Después, al cansarse los chicos, los docentes, los preceptores, tiene altos índices de repitencia. La escuela tiene un índice muy alto.
LP: - ¿De qué índice estamos hablando?JM: - 10, 15 chicos por curso que repiten en todos los años en todos los cursos. Estamos hablando de 10 chicos que dejan de venir faltándole nada. Yo tengo otra mirada totalmente distinta. Creo que hay que trabajar con los 64 chicos.
LP: - Ayer le habías comentado a los padres que iban a tener que venir dos días un grupo y los tres restantes otro. ¿Esto fue realmente la decisión que ibas a tomar o fue para generar un movimiento y que cambie la situación?JM: - En realidad, yo lo pensé de esta forma: 64 chicos no tengo posibilidad de meterlos en un salón. Necesitaba presionar, generar un lío, porque no tengo otra forma.
La rotación que propuse fue la siguiente: dividir al curso a la mitad. Un cuarto venía lunes, miércoles y viernes y el otro, martes y jueves; y a la semana siguiente era al revés. Entonces, yo iba a garantizar que los chicos que vengan en esos días iban a tener clases de calidad. Van a aprender más de esa forma que viniendo los 64 juntos.
LP: - ¿Cuál fue la respuesta de los padres ayer cuando se enteraron de esa idea y hoy cuando la solución va a ser otra? En un salón para 18 personas hay 28. La escuela requere soluciones y las mismas son lentas. ¿Qué hacer en el interín? Decenas de años sin previsión de crecimiento, divisiones partidarias sin políticas de Estado y cadenas burocráticas llevaron a esta situación.
JM: - Yo creo que los padres entendieron la postura. Sabía que lo que propuse iba a causar eso, pero tenía que generar ese impulso. Necesito el apoyo de los padres.
Cuando yo elevé la nota, sabía que el 2 de marzo al quinto lo tenía que desdoblar. El 2 de marzo, hubo una reunión con los docentes, nos visitaron las inspectoras –la actual y la anterior–, yo les expliqué esta situación y les presenté una nota diciéndole que necesitaba el desdoblamiento del curso. Ellas elevaron la nota y la respuesta que me dieron fue que hasta que no vean a todos los chicos en el aula no me iban a dar el aval.
LP: - ¿De dónde venía esa idea de esperar?JM: - No lo sé. Aparentemente es una metodología que se usa.
LP: - ¿Qué cambió de un día para el otro?JM: - Gracias a los medios y el apoyo de los padres. Hoy estuvo la Inspectora y se llevó la lista para hacer el desdoblamiento del quinto año. Y me prometieron que vamos a tener en esta escuela dos quintos años.
LP: - ¿Y el espacio material?
JM: - Todo vespertino, porque es el único espacio que tenemos. También presentamos una propuesta de dos aulas de aceleramiento con 20 chicos cada aula (en realidad tenemos 60 chicos en estas condiciones).
LP: - ¿De qué hora a qué hora sería esto?JM: - De 17 a 21 o 22 horas aproximadamente.
LP: - ¿Llegaron nuevas personas a la escuela o repitieron muchos chicos?
JM: - Las dos cosas. Repitieron muchos chicos, que a partir de ahora va a ser un tema mío, al cual voy a tener que tratar. Y también se incorporaron muchos chicos de escuelas privadas, de otros distritos, y hasta tengo lista de espera.
LP: - ¿De cuántos alumnos?
JM: - En primer año tengo a 28 chicos en lista de espera. Tengo 30 en segundo, 25 en tercero, 15 en cuarto, 10 en quinto y 6 en sexto. Estos chicos no son nuestros.
LP: - ¿Y si no empiezan acá no tienen otras opciones?JM: - Creo que no. Por ahora, están fuera del sistema. Y hay que darles una respuesta. Amo mi profesión, y si pudiera tener mil chicos acá los tengo, pero hoy tengo que garantizar las condiciones básicas.
LP: - ¿Se puede decir que no tiene que ver la repitencia con la mala conducta?JM: - No. Es cuestión de que los chicos aprenden del medio y muchas veces nosotros no sabemos el ejemplo. Uno de ellos, saber pedir permiso, y los alumnos y padres quedan sorprendidos. Yo les pido permiso para entrar al salón.
LP: - ¿Ha habido alguna bajada de línea ministerial respecto de la evaluación de los chicos? ¿Va a ser más duro que antes?JM: - No, me parece que no. Creo que la evaluación es el gran problema del sistema educativo. Es un tema para analizar muy bien entre todos los docentes. La evaluación cuando nace como tal se hacía para mostrar cuánto sabía un chico. Y en las universidades y otros lugares, se buscaba todo lo que uno no sabía. Esa tradición de poder se sigue en la escuela secundaria. Por eso es un gran problema.
No voy a hablar del problema de esta gestión, esta degeneración del sistema de educación lleva muchos años. Me parece que tenemos responsabilidad por formar parte de este sistema. Nosotros tenemos que gestionar y las autoridades también tienen que gestionar. Me parece que hay responsabilidades que tenemos que empezar a cumplir.
Si antes no las cumplían, yo propongo que se empiecen a cumplir.
Quiero tener mejores aulas, un edificio nuevo. Quiero las mejores condiciones para esta población. Me interesan los chicos de General Rodríguez. Son chicos muy inteligentes, pero si no les doy las condiciones, jamás van a llegar a nada. Son nuestro futuro.Por eso le pido a las autoridades que no trabajen en contra nuestra, sino en conjunto, para darle una mejor calidad al pibe que viene a estudiar a una escuela de General Rodríguez o cualquier punto de la Provincia de Buenos Aires.
LP: - ¿Tenés miedo de que tu crítica genere un encono de autoridades de un partido u otro?JM: - No, no tengo miedo. Estoy siendo sincero y pongo lo que veo, dándolo a conocer. Y si hay alguien que sabe más que yo y quiere hablar, bienvenido sea. Nos vamos a sentar a hablar, y si estoy equivocado, siempre demostrándomelo, lo voy a aceptar. Pero en este momento no estoy para temerle a nadie. Vine a trabajar y garantizar que la educación de estos chicos sea de calidad.
Miedo tendrían que tener los que no hacen las cosas, los que “no se equivocan”. Estoy apuntando a quedarme muchos años en el distrito. No estoy para callarme la boca, porque no sirve, y eso mismo voy a pretender de los chicos, que no se callen.
Quiero chicos participativos y con centro de estudiantes.