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La superpoblación en la escuela obligó a profesores y alumnos a continuar la jornada educativa al aire libre. El director espera el desdoblamiento del curso, para enviar a la mitad de los chicos al turno vespertino.
La polémica en la Escuela Secundaria Nº 6 continúa. Días atrás, se había corrido la noticia de que por falta de espacio, los alumnos iban a alternar días de estudio. Sin embargo, el director del establecimiento, Jorge Morillo, le dijo a La Posta que se había visto obligado a tomar esa decisión porque sabía que activaría a los padres para presionar a que desdoblen un curso de más de 60 alumnos.Y finalmente el pasado jueves 15 de marzo, el quinto año con 64 alumnos inscriptos (de los cuales asistieron 50) debió salir al patio para seguir con la clase. Según publicó Suteba General Rodríguez en su página de Facebook, uno de los docentes adheridos al gremio explicó que "tuvimos que salir del salón porque no había oxígeno". Se trata de una situación por la que ya el director Morillo declaró haber hecho gestiones y haber recibido la promesa del "desdoblamiento" para la conformación de otro curso de quinto año en el turno vespertino. Además, también había elevado la propuesta hacia la autoridades educativas de dos aulas para el secundario acelerado, de 20 chicos cada una.Las imágenes de la jornada de clases:
[gallery size="medium" columns="2" link="file" ids="22002,22004"]EL CONFLICTO LLEGÓ A UN MEDIO NACIONAL
Página|12 publicó lo siguiente el lunes 19 de marzo de 2018:La Federación de Educadores Bonaerenses denunció que en General Rodríguez, en vez de construir más escuelas, la gobernación mantiene aulas con más de 50 alumnos cuando no deberían superar los 30. El problema afecta a todo el partido.
El primer día de clases, Laura Becerro, maestra de primer grado de General Rodríguez, sacó los armarios fuera del aula. Juntó después los bancos unos contra otros, dejando un único pasillo, y en el hueco largo y angosto abierto al medio de la sala consiguió meter una hilera más de sillas y pupitres. Finalmente, mandó también el escritorio al depósito. No había otra forma de que los 56 chicos anotados en su grado pudieran entrar. A algunos los hizo sentar de a tres. Así estaba llevando la clase este martes: con 56 niños en un grado. Y le habían pasado otros para anotar.
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