Compartí en las redes
Era el Director de Licencias de Conducir hasta la semana pasada. Una situación que trascendió habría sido la que generó un reclamo interno y ante la reacción de su superior, la presentación de su dimisión.El área de Licencias de Conducir arrastra polémicas desde hace ya más de una década, pero desde hace unos años había mejorado su imagen tras la aceleración de los trámites y la mejora de muchos procesos. Sin embargo, cuando todo parecía haberse normalizado bastante, volvieron a aparecer sospechas de los clásicos desmanejos. Tras la salida de Gustavo Claro del área, quien tomó la responsabilidad fue Eduardo Learreta, que venía de ser un duro crítico de la gestión municipal, pero como trabajaba para Maximilino Valli, al incorporarse ese funcionario al gabinete, terminó participando. Antes de este paso, ya había salido de un cargo cuando tuvo un breve paso por el Foro de Seguridad y se fue por diferencias internas.
En la oficina de Licencias de Conducir no tardó mucho en generar una fuerte acción cuando denunció a un sujeto que decía vender registros en las redes sociales. Él mismo fue a denunciar a la justicia para detener esa estafa. Sin embargo, en el frente interno, empezó a notar cuestiones que por lo que trascendió, lo llevaron a generar al menos dos modificaciones en su plantel, con dos desplazamientos de empleadas.
Pese a esto, otras situaciones seguirían coexistiendo en el área y además, algunos personajes externos (muy conocidos por estos procederes), seguían dando vueltas. Días atrás, se publicó en redes sociales que una empleada del área fue agredida por uno de estos sujetos (definido como un sujeto que solía ser muy robusto) y aparentemente, Learreta le habría pedido a su jefe político y superior, Maximiliano Valli, que accione contra esta persona, sin lograr cometido.
Sumado a esta situación, la semana pasada, un joven publicó que habría visto o escuchado como un empleado municipal o dos, recibían dinero a cambio de evitar un examen. Esto también sería parte del enojo de Learreta, que se enteró posterior a su salida, que no tuvo una intervención de Valli.
No se sabe al momento si Learreta, conocido dentista y hombre relacionado con el campo, irá más allá de su renuncia con la cuestión (parece que irá por más), pero sin dudas su salida, sus sospechas y trascendidos serán materia de polémica y análisis para toda la gestión y no extrañaría que si se demora en tomar decisiones e investigar, empiecen a acumularse más voces para dar detalles de los mecanismos para un negocio ilegal que siempre fue "vox populi" pero que permanece siendo una incógnita a la hora de resolver y generar transparencia, aún si hoy en día es un goteo y no una catarata como era antes del paso de Eduardo Rodríguez por el área, que había logrado aprobación por la aceleración de los trámites y una mejora en la transparencia y gestiones provinciales.
Por si fuera poco, allegados a Learreta aseguran que el hombre tendría algún que otro "as" en la manga que se habría guardado de lo que investigó mientras estuvo en funciones, cuestiones que además podría llevar por otros carriles. Mientras, en el gobierno se designó a Juan Gómez Contreras, otro militante de Maximiliano Valli, para ocupar el cargo.
En la oficina de Licencias de Conducir no tardó mucho en generar una fuerte acción cuando denunció a un sujeto que decía vender registros en las redes sociales. Él mismo fue a denunciar a la justicia para detener esa estafa. Sin embargo, en el frente interno, empezó a notar cuestiones que por lo que trascendió, lo llevaron a generar al menos dos modificaciones en su plantel, con dos desplazamientos de empleadas.
Pese a esto, otras situaciones seguirían coexistiendo en el área y además, algunos personajes externos (muy conocidos por estos procederes), seguían dando vueltas. Días atrás, se publicó en redes sociales que una empleada del área fue agredida por uno de estos sujetos (definido como un sujeto que solía ser muy robusto) y aparentemente, Learreta le habría pedido a su jefe político y superior, Maximiliano Valli, que accione contra esta persona, sin lograr cometido.
Sumado a esta situación, la semana pasada, un joven publicó que habría visto o escuchado como un empleado municipal o dos, recibían dinero a cambio de evitar un examen. Esto también sería parte del enojo de Learreta, que se enteró posterior a su salida, que no tuvo una intervención de Valli.
No se sabe al momento si Learreta, conocido dentista y hombre relacionado con el campo, irá más allá de su renuncia con la cuestión (parece que irá por más), pero sin dudas su salida, sus sospechas y trascendidos serán materia de polémica y análisis para toda la gestión y no extrañaría que si se demora en tomar decisiones e investigar, empiecen a acumularse más voces para dar detalles de los mecanismos para un negocio ilegal que siempre fue "vox populi" pero que permanece siendo una incógnita a la hora de resolver y generar transparencia, aún si hoy en día es un goteo y no una catarata como era antes del paso de Eduardo Rodríguez por el área, que había logrado aprobación por la aceleración de los trámites y una mejora en la transparencia y gestiones provinciales.
Por si fuera poco, allegados a Learreta aseguran que el hombre tendría algún que otro "as" en la manga que se habría guardado de lo que investigó mientras estuvo en funciones, cuestiones que además podría llevar por otros carriles. Mientras, en el gobierno se designó a Juan Gómez Contreras, otro militante de Maximiliano Valli, para ocupar el cargo.
