El viernes, un nuevo Día de la Primavera, marcará un nuevo año sin la hija de esta mujer, a raíz de una pelea en la cual fue agredida con un arma blanca tras una discusión.
Tras tanto tiempo, Olga no deja la memoria de su hija e insiste en que tiene contenida mucha angustia por no poder tener un lugar para luchar contra la violencia juvenil. El viernes se hará un nuevo homenaje en la Plaza Martín Rodríguez, junto a la placa de Johana.
Mirá la entrevista completa a Olga:
https://youtu.be/ucgFUTCK6a0
La Posta (LP): - Estamos con Olga en la Plaza Central. Olga es mamá de Johana, un caso emblemático en la historia de General Rodríguez por ser uno de los hechos más graves de violencia entre jóvenes. El 21 de septiembre se conmemoran nueve años del fallecimiento de Johana.¿Cómo estás, Olga? Limpiando, siempre manteniendo esta placa.Olga Vivas (OV): - Sí, limpiando un poco porque el 21 se va a hacer un recordatorio con el Municipio y unos jóvenes que hacen charlas contra la violencia. Van a venir a poner un arbolito en memoria de ella y hablar con los jóvenes y enviar un mensaje para que no se vuelvan a repetir los hechos y que no haya más violencia entre ellos. Que el 21 puedan disfrutar el día con paz y sin violencia.
LP: - Recordemos que a escasos metros de aquí sucedió que una joven, peleando con tu hija, terminó extrayendo un arma punzante y con eso le terminó quitando la vida. ¿En qué quedó el caso?OV: - Lamentablemente, la joven estuvo presa pero no cumplió los años que tendría que cumplir. La condena fue de once años y cumplió cinco, tuvo prisión domiciliaria un año y ahora está en libertad. Vive libre.
LP: - Todos estos años tuyos han sido, como dice la placa y como decías recién, para que no se vuelva a repetir. ¿Notaste que hubo un esfuerzo social, político o de algún otro ámbito para tratar de que este nivel de violencia entre los jóvenes se detenga?OV: - No. Todavía no se hizo nada. Lo único que veo es que la Policía Local de General Rodríguez no permite que los chicos se golpeen y espero que el día 21 estén todos y que no permitan más violencia. Menos ese día, que es especial para ellos y comprendo que la juventud tiene todo el derecho de disfrutar su día y no que venga otra persona violenta a querer lastimar o querer golpear como pasó con mi hija. No me gustaría que eso vuelva a repetirse.
LP: - ¿En aquel momento hubo gente que no se metió en la pelea?OV: - No. Dejaron que ellas se pelearan. Hubo autoridades alrededor que, lamentablemente, no hicieron nada. No hicieron nada. La Policía no hizo nada. Mientras ellas se peleaban, se cruzaron de brazos y se reían de cómo se pegaban las jóvenes.
LP: - ¿Sabés si la gente en las escuelas hoy recuerda el hecho o si hablan del tema para llegarle un poco más a los chicos?OV: - Yo estuve hablando con una joven que estaba en el Municipio, que es una de las que va a poner el arbolito acá, me comentó que
había ido a los colegios a hablar sobre la violencia y comentaron el tema de Johana y la mayoría de los chicos no sabía. Sólo dos de un salón. No saben.Yo quiero que pongan gente para trabajar en los colegios y hablen del tema para que los chicos eviten la violencia, eviten las peleas callejeras, que si ellos tienen un problema en la calle que se acerquen a los padres o a los maestros y se animen a contar la verdad. Porque a mí me pasó que mi hija no me contó, lamentablemente, la encontré en un cajón. Nunca supe que había tanta violencia y no sabía lo que pasaba.
LP: - Las chicas están mucho más violentas ahora, ¿no? Con el correr de los años, parece que la mayoría de las peleas que hay en la vía pública son más entre chicas que chicos.OV: - Es más entre chicas, jovencitas, que salen de los colegios o de los boliches.
LP: - ¿Vos creés que si pudieras ir a las escuelas a hablar con los chicos entenderían distinto la circunstancia?OV: - A mí me gustaría hacerlo, pero nunca tuve la oportunidad. Yo presenté una carpeta de proyecto hace, más o menos, cinco años atrás. Y nunca me llamaron, nunca me aceptaron los proyectos. Era sobre la violencia. Queríamos pasar un video para que ellos vieran cómo había crecido Johana, que vean el colegio donde estudiaba, la conducta que tenía. Todas esas cosas para que vean que hay peligro en la calle.
Ella era una nena muy querida, la conocía mucha gente. Capaz le pasó que discutió y no supo ubicarse en su lugar, o tampoco supo acercarse y pedir ayuda, o explicarme a mí, preguntarme qué hacía, o a su profesora o a algún director.Los chicos se tienen que acercar a alguien cuando hay problemas así de gente violenta. Porque en esta pelea que se armó acá, la chica primero discutió con Johana y después se fue a su casa a buscar un arma. Entonces,
esa persona tuvo tiempo, 20 cuadras, pensando que no lo tenía que hacer. Y cuando volvió, ya tenía en su mente que iba a hacer daño, que iba a asesinar a una persona. Hay peligro en los chicos porque no sabés con quién te vas a encontrar.
LP: - ¿Vos tenés miedo de que esto se vuelva a repetir? Más en estas fechas, cuando viene el verano, por ejemplo. ¿Te impacta la violencia más allá del caso de tu hija?OV: - Yo estuve un poco apartada. Empecé a trabajar para salir un poquito de todo porque me estaba haciendo mucho daño. Yo quería trabajar y ayudar a la gente porque estaba muy enferma en mi casa y me aparté mucho de todo, de mi casa, de la sociedad. Intenté salir por el lado de distraerme con un trabajo.
LP: - Está claro que tenés ganas de canalizar esa angustia en algo que sea más útil, que te permita ayudar.OV: - Sí, ayudar. Porque si me quedo encerrada en mi casa me hago daño y sufro mucho.
Quiero hacer algo para ayudar a la gente, lo que sea necesario para poder salir porque es difícil vivir en la casa todo el día y no hacer nada por nadie.LP: - Y tenés dos hijas más que cuidar.OV: - Sí. Una ya está trabajando. Cumplió el sueño de Johana y es policía. También tengo el corazón por la boca por el trabajo que está haciendo. Y cuando sale Agustina que tiene 18 años mi corazón… Sufro un montón.
LP: - Agustina era muy chiquita cuando pasó lo de la hermana. ¿Cómo procesó todo eso? Fue muy angustiante.OV: - Tenía nueve años. Agustina tuvo muchos problemas psiquiátricos, con tratamientos y medicación porque no podía salir. Quedó muy shockeada, pero gracias a Dios, yo me aferré a ella para sacarla adelante porque estaba muy mal y así no me encerré en el dolor.
LP: - Todas las cosas que pasan alrededor, muchas las desconoce la gente.OV: - Sí. La casa era una tristeza y no había nada que te alegrara. Dios nos ayudó, salimos a flote, pero nos quedan muchas cosas, momentos, que tratamos de evitar para no sufrir. Porque es un vacío que no se puede llenar con nada.
LP: - ¿De qué se trata la actividad que van a tener acá el día 21 por la mañana?OV: - Sí, el día 21 a las 10 de la mañana. Estos jóvenes, que también vivieron el hecho porque en ese momento eran adolescentes como Johana, van a poner acá un arbolito en memoria a ella y van a dar una charla. Supuestamente va a estar el señor Intendente (Darío Kubar).
LP: - ¿Creés que esto va a servir? Mucha gente todavía no conoce que esto pasó. ¿Puede ser éste el puntapié para que empiece a cambiar la cuestión? Por lo menos la intervención social desde los sectores que corresponda.OV: - Puede ser. También
puede ser que, no los jóvenes del tiempo de Johanita, que ahora son adultos y tienen 25 o 26 años, sino los chicos que están creciendo en la adolescencia no saben nada de lo sucedido.Yo pienso que ellos van a ver si hay movimiento. Al menos alguien que les explique qué pasó. Los padres o mismo
los profesores podrían aprovechar estos dos días y tocar el tema, comentar el caso de Johana, para que ellos estén protegidos el día 21. No se necesita un psicólogo para que hable con los chicos, simplemente una charla pequeña para que entiendan.
LP: - Y sería mejor si estuvieras vos para contárselos, con tu vivencia en primera persona.OV: - Me hubiera gustado mucho, pero bueno. Tendremos que esperar un tiempo hasta que me den una oportunidad y contarles la verdad a los chicos. Lo que lleva una discusión, la incitación a la violencia. Si a ellas dos las hubieran separado a tiempo, la chica viviría una vida normal. Pienso que no debe vivir normal con la conciencia. Y a mi hija la tendría conmigo si eso se hubiera evitado.