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Se cumplió el primer aniversario del accidente que le cambió la vida a Darío Domínguez, el niño de 9 años que fue embestido por un auto, y desde entonces su vida cambio rotundamente. El culpable del hecho aún no se hace cargo del costo de su imprudencia. El Municipio quedó en hacerle un baño y una pieza que se demoró y ahora se comunicó para terminarlo.Era domingo a la tarde, Darío, su mamá (Flavia) y su hermano (Agustín) estaban caminando hacia la parada del colectivo para retornar a su casa, pero al llegar a Av. Balbin entre Alsina y Salta un auto cambió sus vidas. El auto de Izaguirre. El responsable, hace una vida normal. Nuna se aceró ni escribió a la familia. Es uno de tantos accidentes de auto causados por la mezcla de alcohol y velocidad. La insensibilidad social que en la calle, sigue causando dolor.
Un Peugeot 207 Compact blanco, conducido por Sebastian Izaguirre impactó sobre Flavia Ramallo y Darío Domínguez, mientras que el otro menor no sufrió ninguna lesión. Darío estuvo cinco meses internado en el Hospital Vicente Lopez y Planes, mientras que su mamá fue intervenida quirúrgicamente por las lesiones sufridas aquel día, para luego pasar a su casa y comenzar una rehabilitación.
Darío pasó mucho tiempo en la sala de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Vicente López y Planes, prácticamente sin reaccionar. Lo único que se sabía era que no podía mover nada, apenas las pestañas podía controlar y para saber si le pasaba algo, había que controlar su sudoración. Su hermanito menor es casi un hermano mayor hoy, trata de comunicarse y de que no se sienta solo. Su maestra sigue yéndolo a ver a menudo. Cada visita es una emoción, quizás por eso comenzó hace días a realizar sonidos vocales. Darío quedó preso de las limitaciones que le plantea su cuerpo y hace ya un año que se esfuerza por soportar esta vida, donde le quitaron sus sueños por indolencia, por imprudencia y por puro desdén.
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La última foto de una vida que ya no será igual jamás. Una hora antes de que el auto de Izaguirre se saliera de la calle por la velocidad que llevaba y terminara subiéndose a la vereda. De aquel fatídico hecho, el lunes 8 de octubre se cumplió 1 año. El niño tiene mejorías, hay una mínima comunicación: pestañea, hace sonidos con la boca, mueve los ojos en la dirección que se lo pidan y cuando transpira mucho es señal de que algo le está pasando. Además estira la pierna, mueve los brazos y el cuello. “Nosotros le decimos “tal cosa” y el se ríe, y según la doctora, eso quiere decir que él siente” explicó la madre. “No creo en lo que me dicen los médicos, solo creo en Dios que es el único que hace las cosas, mi hijo de a poquito está saliendo. Se hizo muchos logros que me dijeron que no lo iba a hacer jamás”, confesó la madre.El niño, al ver a sus compañeros de colegio, lagriméa, esto quiere decir que tiene desarrollo cognitivo, porque emite emociones que son visibles. Recibe visitas de sus amigos, vecinos, familiares y hasta incluso su maestra del colegio. Darío recibió un golpe causándole desprendimiento de cerebro, sin haber fisuras o fracturas. Según lo que dio a entender la madre, él regenera células, lo que le da aún un mínimo de esperanza en la rehabilitación “En el Hospital Vicente López y Planes no me dieron la esperanza, pero cuando lo llevé al Garrahan me dieron otra expectativas sobre el nene”, contó Flavia y agregó: “No sé que hubiera pasado si mi hijo no estuviera acá”.Según cuenta Flavia, en la mediación, a ella le correspondería un 20% del sueldo del quien atropelló a ella y su hijo, sin embargo hay negativa de la otra parte, porque no quiere llegar ningún arreglo y tampoco se presenta a los llamados.La mujer no cree que Izaguirre le pague alguna indemnización, ya que confiesa: “Si no lo hizo de primer instancia, como humano, jamás me preguntó como estaba el nene, nunca vino ni se acerco, nunca nada. Si la gente no lo agarra el día del accidente, él se hubiera ido a la fuga”.Este año Flavia dejará de cobrar a la ART por el accidente, y ahora solo se podrá mantener con su sueldo, a pesar de que el culpable no le pasa dinero ni ningún tipo de ayuda. Usa su obra social para poder estar cuidando a su hijo, es decir que si pierde su trabajo, su niño no tendría atención médica. Ella todavía no retornó a su labor ya que todavía sigue pagando las consecuencias que le dejó el auto sobre su pierna. Por último, cabe aclarar que Darío no solo necesita atención médica personalizada, también necesita un lugar apropiado. Marcelo Basilotta, funcionario de Planificación, se comunicó en estos días con la familia para tratar de resolver la falta de aberturas y la finalización del baño (originalmente el trabajo lo asumió su antecesor), para que pueda volver a su casa. Es decir, la construcción de la habitación y baño que le prometieron desde la intendencia, que tuvo un retraso ya muy largo, porque debería haber estado lista en abril. Basilotta la llamó y se comprometió a la resolución, cuestión que será seguida de cerca para que se cumpla.Archivo: El nene atropellado sobre Balbín dejó el hospital y ya se recupera en su casa