El hecho obligó un trabajo intenso y mancomunado de Bomberos y SAME que duró casi una hora en el lugar. El nene fue llevado al Hospital y afortunadamente recibió las curaciones correspondientes sin necesidad de una cirugía.
El martes 23 de octubre alrededor de las 10 horas se vivieron momentos de mucha angustia y tensión en el barrio Raffo. Fue en una vivienda de la calle La Rioja al 500, donde un nene sufrió un particular accidente en el que debieron intervenir Bomberos y el SAME, y que además movilizó a los vecinos y gente de la zona.
Gerardo, de 8 años, se había subido a una tarima en el patio trasero de su casa junto al alambrado perimetral para "hablar con una vecinita", según relataron desde el entorno familiar. En esa situación se encontraba cuando terminó clavándose por accidente una de las puntas oxidadas del alambre en la palma de su mano.
El nene no podía zafarse y sus gritos alertaron rápidamente a todos. Su abuela pidió ayuda y vecinos llamaron a los Bomberos y también al SAME. Hasta su llegada, incluso se acercó Mariana Bonino, una docente del domicilio contiguo donde funciona una sede del programa FINES, que ayudó a asistir al niño.
El trabajo de los bomberos y el personal médico duró casi una hora. Según trascendió, se realizó una importante labor psicológica con Gerardo para tratar de ayudarlo. Le anestesiaron la mano para poder liberarlo del alambre y fue derivado al Hospital, donde se le hicieron las curaciones correspondientes y, afortunadamente, no hubo necesidad de una cirugía. La abuela del nene comentó que "me habían dicho que si el alambre había tocado un determinado nervio iban a tener que hacerle una operación de ocho horas. Pero no fue necesario" y aprovechó para agradecer a "los vecinos, la Dra. Rodríguez del SAME, Marta y el resto de los Bomberos y la docente Mariana Bonino que se movilizaron por mi nieto".