Los investigadores confirmaron que el ADN encontrado en la vivienda del acusado pertenece a Ariel Alé, de quien no se sabe nada desde el 9 de noviembre pasado.
El caso de Ariel Alé (38 años) continúa manteniendo en vilo a la comunidad rodriguense. Mecánico de la zona de Las Latas, habría sido visto por última vez arriba de una moto en la localidad morenense de Francisco Álvarez en la noche del viernes 9 de noviembre. Desde allí que no se supo más nada de él y su familia lo busca desesperadamente.
Los voceros detallaron que el cotejo de la sangre hallada mediante el reactivo luminol en una habitación de la casa del acusado con las muestras extraídas a la hermana y a la madre del mecánico dio positivo en un 99.9%, lo que confirma que Alé estuvo en ese sitio.
Si bien el cuerpo del mecánico aún no fue hallado, Álvarez fue procesado el 12 de diciembre por el delito de "homicidio calificado criminis causae" y "hurto calificado -dos hechos-" por disposición del Juzgado de Garantías 2 de Moreno-General Rodríguez, subrogado por Adriana Alicia Julián del 1.
El sospechoso habría conocido al mecánico a través de su propio hermano, Federico, quien participó activamente de las marchas que se llevan adelante para impulsar la búsqueda de Alé a pesar de ser familiar del detenido. Según allegados a ambos, se habrían hecho amigos por compartir su afición a las motocicletas y otras actividades. Sin embargo, poco después habría surgido un conflicto relacionado con una deuda de Ariel hacia Álvarez.
En ese marco, Álvarez quedó apresado por sus contradicciones y porque se determinó que había entrado a la casa de Alé, situada en el cruce de las rutas 24 y 7, en el cruce Las Latas, para desvalijarla, llevarse documentación y vender sus cosas.
Y finalmente, para la Fiscalía, estaría probado que el 9 de noviembre, entre las 9:30 horas y las 13:00, Álvarez se habría reunido con Alé en la quinta, donde éste ejerció violencia de un modo que no se pudo establecer, que lo habría llevado a la muerte (a Ariel) y luego hizo desaparecer el cuerpo con el objeto de lograr su impunidad.
Esta situación es un avance significativo en la causa y genera suficiente prueba para tratar de establecer la participación del detenido en búsqueda de una confesión o una condena perpetua. El caso tomó trascendencia nacional a fin de año y ahora, aunque se disipan las chances de la aparición con vida, al menos la justicia está avanzando en el esclarecimiento. De todos modos, el misterio sigue: ¿Dónde está Alé?