El hecho sucedió el pasado jueves 21 de febrero en una vivienda de la calle Crespo, entre Corrientes y Oficial Sánchez.
Ana Mercedes Guerra, vecina del barrio San Bernardo, sorprendió durante la madrugada del miércoles 20 de febrero a un vecino de nombre Gustavo Martínez cuando intentaba cruzar el paredón de su vivienda de la calle Crespo entre Corrientes y Oficial Sánchez junto a otros individuos que no pudieron identificarse. Fue cerca de las 02 horas.
Alrededor de las 06 horas, la mujer salió al exterior de su casa y observó un gato muerto con una puñalada en el cuello. Y horas después, cerca de las 11, se cruzó con Gustavo Martínez que le dijo que le iba a pasar lo mismo que al gato.
Temiendo por su integridad física, la vecina denunció esa amenaza en la Comisaría Segunda.
Al día siguiente, el jueves 21 de febrero, entre las 06 y 07 horas, se incendió la casa de Guerra y tras apagar el fuego se pudo comprobar que la mujer estaba muerta y que había sido un homicidio. Estaba amordazada (con importante cantidad de franela en su garganta) y con un importante traumatismo de cráneo producto de un golpe. La principal hipótesis es que Martínez logró ingresar, asesinarla y luego incendió la casa para borrar las evidencias del crimen.
El médico forense, según la información oficial, pudo encontrar lesiones en la región temporal y parietal derecho, y también las telas que tenía en su boca (tanto exterior como colocadas bajo presión en el interior).
Martínez fue detenido bajo la carátula "Homicidio calificado criminis causae" en concurso real con "Amenazas simples" luego de un allanamiento en su vivienda (viviría sobre Corrientes junto a otras personas y trascendió que serían umbandistas) en el que se encontraron prendas con manchas que por estas horas se investiga si son de sangre y si ésta coincide con la de la mujer. El barrio quedó conmocionado y con mucha incertidumbre, dado que Guerra no tenía demasiado contacto con los vecinos y de hecho también estaría distanciada de sus hijos.