Son Raúl, de 19, y Rocío de 20 años. Ambos vivían en una casilla del barrio Los Aromos que quedó reducida a cenizas. "No quiero nada de regalos, sólo una oportunidad, un trabajo, para recuperar lo que perdí", dijo él.
Ni Raúl (19) ni su novia Rocío (20) estaban en la casilla de madera donde convivían del barrio Los Aromos cuando ésta comenzó a incendiarse. El hecho ocurrió en la madrugada del lunes 8 de abril, a las 00.15 horas, en el domicilio de la calle Sarmiento, entre Ecuador y Libertad.
Ambos se encontraban con sus padres. Ella en la zona de Malvinas y él, a una cuadra de allí. Un vecino llegó corriendo a avisarle que el fuego envolvía a su casa y Raúl le dijo a La Posta que al levantar la vista vio parte del cielo iluminado en la ubicación donde se encontraba su vivienda, con llamas de hasta 15 metros de altura.
Cuando llegó, ya no había nada que hacer. Se hizo el correspondiente llamado a los Bomberos, que apagaron el fuego para evitar que éste tome los arboles cercanos o la casa del vecino, pero terminó perdiéndolo todo.
Raúl lamenta haber perdido sus ahorros y el traje con el que trabajaba los fines de semana en una empresa de catering. Durante la semana, se dedicaba a estudiar para terminar el secundario con el Plan Fines. Rocío, por su parte, estudia el profesorado de inglés. El recalca que ambos pelean juntos por sus objetivos como pareja y que ya habían comprado materiales para tratar de comenzar a edificar una casa de material dado que la casilla estaba algo deteriorada. Ahora se mudarán a la casa de la hermana de Raúl hasta tanto poder comenzar de nuevo.
"No quiero nada de regalos, sólo una oportunidad, un trabajo, para recuperar lo que perdimos", comentó Raúl, que convivía en la casa desde hace un año y medio con su novia y que, aunque no pudieron salvarle ninguna de sus pertenencias, destacó la labor de los Bomberos. "Para ellos mi mayor admiración, hicieron un buen trabajo. Entiendo que estamos lejos del cuartel y era medio imposible que salvaran mi casa", afirmó.
Sobre las causas del incendio, el joven manifestó no tener idea de qué pudo haberlo provocado. "Con mi papá vimos que el foco de luz de afuera estaba encendido mientras la casa estaba en llamas y creemos que puede no haber sido un desperfecto eléctrico. Pero no quiero enfocarme en lo que fue o pudo haber sido, sino en avanzar para recuperar lo que tenía", cerró.
Para colaborar con Raúl y Rocío, comunicarse al 11-5109-1931