Se trata del asesinato de Hernán Bernal, el docente de 33 años que fue brutalmente golpeado y baleado en su propia casa de Malvinas durante la madrugada del 5 de junio del 2009. Tres hombres fueron condenados a cadena perpetua por el homicidio.
El recuerdo aún conmueve, tanto como aquel día en que General Rodríguez lloró la pérdida de Hernán Bernal, el docente que fue asesinado en su propia casa un día como hoy, pero de hace diez años.
Bernal falleció aquel 5 de junio de 2009 con 33 años momentos después de llegar al Hospital, al que fue trasladado de urgencia. Durante la madrugada, y luego de cenar con su madre, volvió a su casa de la calle Espora al 600 en Las Malvinas, donde fue sorprendido por tres sujetos que lo golpearon brutalmente y le dispararon en el abdomen con un revólver calibre 32. Fue hallado en el living de su casa por la Policía aún con vida y llevado al nosocomio local donde finalmente murió. Al día siguiente, fue detenido el primer sospechoso: Marcelo Soria, con 21 años en ese entonces y con quien, según la investigación, el docente mantenía una relación.
Las imágenes siguientes y las del final de la nota tienen algunos de los momentos del segundo juicio con los últimos dos condenados, cuando se completó la sentencia final, estando presentes la entonces abogada Ana Mottino y la familia de Bernal, viendo cuando se los llevaban a los últimos partícipes.
Si bien se vinculó el crimen con la venta de drogas que había denunciado en la Escuela Secundaria 4 del barrio Almirante Brown donde se desempeñaba como director (además era regente de la Escuela Javier Tapié), los investigadores terminaron enfocándose en un robo con el argumento de que no había presentado denuncia policial y con la hipótesis de que Soria, la noche del crimen, buscaba robarle los dos sueldos que percibía. Esa hipótesis también fue descartada por no hallar faltantes de consideración en la casa de Bernal (aunque en realidad habría sido porque ese día el docente todavía no había cobrado, frustrando el plan de los criminales) y se enfocaron, finalmente, en lo que en ese momento se consideraba un "crimen pasional", pese a que a Bernal, sólo se pudo probar que lo mataron los condenados, sea por dinero o más razones, todo el resto de las especulaciones, quedaron en eso a nivel oficial.
En la causa, se había informado que el docente intentó defenderse dado que se encontró en la escena del crimen un jarrón roto con su propia sangre. Tras la salida de los delincuentes, quiso ir a su habitación para llamar a la Policía pero no lo logró. Lo hicieron los vecinos, que advirtieron por los gritos que algo sucedía. En el celular de Bernal se encontraron mensajes de texto de Soria que decían "Voy para allá". En el de Soria, se halló uno que éste le había enviado a su cómplice Melgarejo que decía "Lo agarré al gatito" y cuando el otro le preguntaba a quién se refería, el había contestado: "El de Malvinas", en alusión a la zona donde vivía el docente, pruebas que evidenciaron la planificación del golpe.