Ocurrió pasadas las 00 horas del jueves 5 de septiembre en una finca de la calle Puente de Saladillo, a pocos metros de la Colectora Norte, en el barrio Los Cedros. Falleció un hombre de 60 años. Mucho pesar entre los vecinos.
Un incendio terminó en tragedia en la fría madrugada del jueves 5 de septiembre cuando, apenas pasadas las 00 horas, una casilla de madera ubicada en una finca del barrio Los Cedros (Puente Saladillo a metros de Colectora Norte) quedó rápidamente consumida por las llamas y se llevó la vida de un hombre de 60 años de nombre Felipe Enríquez.
El hombre vivía en una finca donde también se encuentra una pequeña casa de material, en la que vive una mujer que es la ex pareja de Enríquez y que al parecer, para cuando se percató de lo que sucedía ya el fuego había tomado gran parte de la pequeña construcción de madera. También habrían ardido algunas chapas y maderas que había en la finca, aunque afortunadamente no llegó a la medianera que dividía el terreno del contiguo.
Se cree, según distintas versiones y testimonios, que el incendio se habría provocado a partir de un brasero que calefaccionaba la casilla. Enríquez viviría en el barrio hace unos 20 años, según dijeron vecinos se dedicaba a hacer changas y tendría algunos problemas de salud y de movilidad. Compartía la casilla con un pequeño perro que durante los momentos de tensión que se vivieron en el incendio, no habría podido ser hallado.
El incendio lo advirtieron, primero la ex mujer del fallecido y luego varios vecinos que a los pocos minutos llamaron a los Bomberos, que terminaron presentándose en el lugar al igual que un móvil policial y extinguieron el fuego. Se hizo presente también una ambulancia y pasadas la 1.30 horas se esperaba la llegada de Policía Científica para continuar los trabajos de rigor. Se acercaron hijos y familiares de la víctima fatal, y se vio un gran pesar entre los vecinos que se mostraron muy dolidos por la pérdida de un hombre muy querido en el barrio.
Meses atrás, en junio, un hombre había perdido la vida en un incendio que él mismo había provocado en la casilla de su ex pareja, a pocas cuadras de allí, en la calle Puente Colastín a pocos metros de la Colectora. Todos los años, son varios los episodios en los que vecinos terminan falleciendo en incendios cuyo peligro y magnitud son potenciados por precarias construcciones que, se sabe, abundan en el distrito. Un escenario de marginalidad cada vez más pronunciado que, pese a los datos que muchas asociaciones o entidades aportan para el tratamiento que deben darle las autoridades, tristemente lejos de reducirse, se profundiza y favorece episodios que terminan en tragedia.
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