Fue el viernes 18 de octubre en horas de la tarde en las calles Iberá y Rio Negro. La víctima fue un nene de 13 años.
El último viernes 18 de octubre por la tarde, una conexión eléctrica irregular casi se cobra una vida en el barrio Santa Brígida. Fue alrededor de las 13.30 horas, cuando un nene pisó sin querer en un charco ubicado en las calles Iberá y Río Negro y sufrió una descarga eléctrica.
La situación se dio cuando el nene se encontraba con otros chicos de la misma edad. "Lo dejé que salga a jugar porque donde vivimos nunca lo dejo estar en la calle. Le dije que vaya y aproveche a correr, ensuciarse, jugar", dijo Natalia, la mamá del nene, que ese día había ido con él a visitar a una amiga suya en la calle Rubar entre Iberá e Iguazú.
Los chicos saltaron el charco cuando caminaban hacia algún lugar donde jugar, y la víctima introdujo accidentalmente su pie derecho. Allí sintió un "pinchazo" y creyó que "algo lo había picado". Volvió a la casa de la amiga de su madre y allí examinaron su pie, que estaba muy inflamado.
"Lo llevé a mi hijo al Hospital Vicente López donde los médicos me dijeron que tenía una quemadura de segundo grado por una descarga eléctrica. El marido de mi amiga fue al lugar a ver el charco y constató que había un cable que estaba descargando a tierra, tipo jabalina, que sale del palo de luz", comentó Natalia.
Según pudo averiguar La Posta, el cable traía electricidad de un domicilio donde estarían conectadas unas seis viviendas de forma clandestina. En el lugar trabajó la Unidad de Pronta Intervención municipal que procedió a marcar el lugar y vallarlo a modo de precaución luego de instar a que se regularice la situación de la conexión eléctrica.
"Mi hijo está haciendo reposo, tiene en carne viva la piel. De milagro esto no fue una tragedia y está vivo, todavía no caigo de lo que pasó", cerró Natalia sobre lo sucedido.