Tiene 43 años y desde 2003, tras consistente militancia, se sumergió en la función pública. Participó en el Departamento Ejecutivo de las gestiones de los ex intendentes Juan Pablo Anghileri y Marcelo Coronel, además de su rol como concejal.
En medio de la expectativa, pasadas las 13 horas del domingo 27 de octubre, Mauro García fue nota del Diario Clarín. Aún faltaban horas para que se conociera su triunfo y se convirtiera en el nuevo intendente, pero su estilo de vida había sido mencionado por el medio nacional.
En el artículo, se hacía referencia a sus hábitos deportivosy su pasión por participar de triatlones y maratones, con distancias de 10, 21 y 42 kilómetros. Profesor de educación física, García contaba en la nota que salía a correr "cuatro o cinco veces por semana" y este último domingo de elecciones había sido visto por los vecinos corriendo por la Colectora del Acceso Oeste antes de emitir su voto en la Escuela del Sur. Cualquier vecino local puede verlo en general pasar por las avenidas principales en su ropa de running.
García llevó varios preceptos del deporte a su vida en la política: como maratonista, sus pasos siempre fueron hacia adelante y sin perder la vista en su objetivo, ese que ya tuvo hace cuatro años y por el que trabajó de forma incansable y constante, como suele hacer un deportista en las, muchas veces, agotadoras jornadas de entrenamiento.
Con roles en el Ejecutivo y en el Legislativo desde el 2003, cuando se sumergió en la función pública,
dio sus primeros pasos como director de la Casa del Niño, área en la que muchos valoraron su gestión durante la administración del ex intendente Marcelo Coronel. Años más tarde fue Secretario de Salud y Acción Social del después destituído mandatario. Allí dice haber conseguido "la tasa de mortalidad infantil más baja" mediante la implementación de programas de recorridos de asistentes sociales y médicos a los barrios. Además, durante sus funciones en dicha área compartió trabajo con el ex funcionario Pablo Scaglia, fallecido en 2011 y a quien García aludió en su discurso en los festejos.
Al cierre del gobierno de Marcelo Coronel fue uno de los (pocos) que "no traicionó" a su jefe político, no acompañando el voto destitutivo que colocó a Juan Pablo Anghileri en el sillón más codiciado de la calle Int. Garrahan.
Ya en 2012, durante la gestión de Juan Pablo Anghileri, asumió a cargo de la Delegación Malvinas y tiempo después, al frente de la Secretaría Privada. Roles en el Gobierno municipal que cumplió teniendo licencia de su banca en el Concejo Deliberante, donde renovó mandatos desde 2007 hasta la fecha.
En el deporte, se suele decir que cuando no se alcanza un resultado se redoblan esfuerzos en la preparación para conseguirlo y que siempre hay revancha. Una revancha que fue construyendo con constancia luego de aquel golpe que supuso en 2015 no competir (pese a ser kirchnerista) por la intendencia en la interna del Frente Para la Victoria junto a Juan Pablo Anghileri, que terminó perdiendo meses después ante Darío Kubar.
Aquella vez,
tras negársele la chance de jugar una PASO frente a Anghileri, se abrió solo y compitió liderando el partido que junto a organizaciones sindicales y políticas fundó: "Somos Rodríguez". En ese espacio vecinalista logró la concejalía para Reinaldo "Cartu" Torres, quien hoy nuevamente encabeza la lista.
Desde entonces, ganó las elecciones legislativas del 2017 y las municipales de este año, pese a enormes presiones para poder conformar una lista de unidad en la cual terminó cediendo a casi todas las imposiciones "superiores", necesarias para contener a todos los espacios. En 2017 y 2019 se alzó en las PASO y en las generales, siendo según él, "el primer candidato en ganar cuatro elecciones consecutivas en General Rodríguez".
Asumirá en diciembre, pero fiel a su estilo, en general calmo (con intermitencias) y dialoguista, dio muestras de buscar bajar la conflictividad actual con gestos de "evitar cazas de brujas" y aludiendo a que "hay que saber perdonar" (quizás aludiendo a la causa que le iniciara Darío Kubar tras una manifestación en la cual lo culpaban de los incidentes ocurridos y por la cual fue absuelto este año). Dueño de un discurso fluido, a veces demasiado generalista, pero con variedad conceptual, supo captar especialmente la atención de los jóvenes y de grupos del sindicalismo que renovaron las fuentes desde las cuales nacen muchas de sus actividades, con un caudal sobrado de "sub 35" que militan mucho y participan socialmente.
Su carácter está forjado más por la resistencia que por el ataque, donde no se maneja con la misma cintura que cuando incursiona en la negociación.
Allí tendrá sus mayores desafíos, para encontrar el nivel exacto entre la imposición de su idea y estilo y la capacidad de resignación ocasional en pos de lograr objetivos ulteriores.
Habrá que ver si con tantos equipos diversos (que en su mayoría no tienen experiencia de gestión), logra ordenar a su juventud y a los espacios sindicales y de agrupaciones para enfocarse en un comienzo de funciones muy urgido por definiciones en lo económico (ya anticipó que piensa una estructura municipal más austera).
Contener tanta diversidad, parece casi imposible, pero al menos, conducir sin ceder demasiado poder, es necesario, como un árbitro que dirige un superclásico, si se le escapa el partido a los 15 minutos, la tendrá difícil para terminar el encuentro. Más, cuando no son pocos los que piensan que la mayor oposición, puede salir de su mismo sector, incluso desde el Concejo Deliberante.
Los primeros meses marcarán hasta dónde logra contener a sus sectores políticos para organizarse y no terminar atado por sus propias promesas, en un contexto de escasez.
Esta vez, Mauro no tiene tiempo para medirse en una carrera paciente.
Todo parece indicar, que deberá forjarse a fuego completo, más que una maratón, deberá mostrar "buenos tiempos" en 100 y 400 metros con vallas. Quizás, si las supere, al culminar el primer año de gobierno, pueda conseguir su "Iron Man" más difícil y volver a su estrategia de una marcha tranquila y constante.