Además de la asunción del nuevo arzobispo de Mercedes-Luján, se erigió la nueva Provincia Eclesiástica de Mercedes-Luján, asignándole como sufragáneas a las diócesis de Merlo-Moreno, Nueve de Julio y Zárate-Campana.
En imagen, el flamante arzobispo de Mercedes-Luján.
A comienzos de este mes, el Papa Francisco le aceptó la renuncia al arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, por haber llegado a la edad límite de 75, y promovió al gobierno de la arquidiócesis a monseñor Jorge Scheinig, nacido hace 60 años en Capital Federal, quien era el segundo (obispo auxiliar) de Radrizzani (conocé más sobre él, ingresando
aquí). Al mismo tiempo, el Santo Padre erigió la nueva Provincia Eclesiástica de Mercedes-Luján, asignándole como sufragáneas a las diócesis de Merlo-Moreno, Nueve de Julio y Zárate-Campana, hasta ahora pertenecientes a la Provincia Eclesiástica de Buenos Aires.
El anuncio oficial se emitió el viernes 3 de octubre en forma simultánea en Roma y Buenos Aires. Aquí lo hizo monseñor Aliaksandr Rahinia, Encargado de Negocios a.i. de la nunciatura apostólica.
En lo que respecta a nuestra ciudad, a priori, esta medida no generaría cambios a corto plazo en las direcciones de las parroquias locales, la Nuestra Señora del Carmen, la Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y la Nuestra Señora de la Salud, de las cuales están a cargo los párrocos Andrés Rogowicz, Alejandro Trobo y Pedro Etcheverría, respectivamente.
Los últimos años de Radrizzani en el gobierno pastoral de la arquidiócesis de Mercedes-Luján
Radrizzani, un sacerdote salesiano, se venía desempeñando al frente de la arquidiócesis de Mercedes-Luján desde 2007. Previamente, había sido obispo de Neuquén y de Lomas de Zamora. Además, llegó a ser vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina. Le tocó gestionar el tramo final de la reparación de la basílica de Luján luego de que, en el año 2.000, se cayera una de las cruces de una de las torres.
Por encontrarse dentro de su jurisdicción eclesiástica, Radrizzani
debió afrontar en 2016 el escándalo del revoleo de los bolsos con nueve millones de dólares hacia el convento de General Rodríguez que efectuó el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo José López, hecho por el cual fue condenado a seis años de prisión. Un año después, Radrizzani, en acuerdo con el Vaticano, decidió el cierre de la casa religiosa, perteneciente a una comunidad que autorizada por su antecesor, el obispo Rubén Di Monte.
Y en octubre del año pasado disparó una fuerte polémica por haber oficiado una misa frente a la basílica a pedido de gremios muy críticos del Gobierno y que contó con la presencia, entre otros sindicalistas, del camionero Hugo Moyano, además de varios conspicuos ex funcionarios kirchneristas.
En una carta de despedida al clero y a los fieles, Radrizzani expresó que “como ustedes, también yo he tenido en estos años momentos de alegría y de dolor. De alegría viendo cómo Dios actúa en su Iglesia y cómo los fieles han sabido servir al Reino de Dios para que se dilate en el mundo actual, tan lleno de dificultades y contradicciones. También momentos de dolor por no saber afrontar los inconvenientes y obstáculos que se han presentado en las comunidades y en las personas”.