Fue en una casa de las calles Melincué y Betinotti, en el barrio Parque Irigoyen, el pasado miércoles 27 de mayo a las 23.30 horas.
Allí vive una familia que, por la situación de la pandemia, comenzó hace poco a elaborar comida para vender. El padre de la familia, un hombre de 48 años, se fue a entregar un pedido mientras en la vivienda quedaron su mujer de 46 años y sus hijos de 14 y 9 años de edad.
En ese lapso de tiempo, dos jóvenes saltaron la pared desde la calle e ingresaron al patio. La mujer habría escuchado el ruido pero no llegó a tener contacto con los delincuentes, dado que justo en el momento en que se encontraban adentro de la propiedad, el marido volvió y los encontró infraganti.
Ante la sorpresiva situación, los individuos rápidamente saltaron la pared y se fueron corriendo hacia la plaza del barrio. La familia, con miedo, reclamó que en el barrio hay varias luminarias que no funcionan y en las noches la oscuridad, creen, influye mucho en la cuestión de la inseguridad.