Sofia Marziali (25) llegó al país el 21 de mayo por la noche luego de un año de trabajo en Nueva Delhi, la capital del segundo país más poblado del planeta con 1300 millones de habitantes. "Me da mucha tranquilidad poder cumplir la cuarentena en mi país", dijo.
La rodriguense Marziali, junto a otras argentinas con las que volvió de India.
La rodriguense había viajado en mayo del año pasado para trabajar en el ámbito de la danza, actividad artística sobre la cual desarrolla su carrera de bailarina. En abril vencía su contrato con la empresa que había adquirido sus servicios, y hasta el día en que regresó a Argentina, la incertidumbre de no saber cuándo podría volver había sido muy grande. La joven había denunciado que no recibían respuesta del Gobierno y que, además, los extranjeros eran discriminados en las calles por la población local y hasta sufrían abuso de autoridad por parte de la Policía.
Sofía volvió en un vuelo dispuesto por Cancillería Argentina que trajo a 142 argentinos varados en India y otros 130 de Tailandia. El avión salió primero desde Buenos Aires hasta Santiago de Chile. De ahí voló a Sydney para una escala técnica y siguió a Bangkok, donde se subieron los varados en Tailandia. Luego continuó a Nueva Delhi, donde se subieron los varados en la India y se bajaron 62 ciudadanos indios que se encontraban varados en nuestro país y que regresaron al con ese vuelo. Desde el 24 de marzo, las autoridades indias habían decretado la prohibición de todo vuelo comercial, internacional y doméstico. Desde entonces no había forma de abandonar el país para los argentinos que ya se encontraban desesperados en aquellas tierras.
Nueva Delhi. El lugar donde estuvo viviendo la rodriguense.
Fue costoso: según La Nación, el vuelo chárter de LATAM organizado por Cancillería Argentina le costó a cada pasajero 1326 dólares. Esa fue una razón por la cual hay otros tantos compatriotas que aún no pudieron volver. "Se llegó a un acuerdo entre el Gobierno y la aerolinea en cuanto al precio. Gracias a Dios podía pagar el viaje. La embajada nos dio ayuda por todo el inconveniente que habíamos tenido. El vuelo fue tranquilo, controlado, todos con barbijos, nos dieron comida envuelta en bolsitas, me controlaron la temperatura allá y acá completé una planilla y había cámaras infrarrojas", comentó la bailarina rodriguense.
Sofía no fue recibida por nadie en Ezeiza. "Desde allí me vine directo a la dirección donde debía cumplir la cuarentena de forma estricta y acá estoy. Cuando llegué mi familia me había hecho las compras del supermercado para que no tuviera que salir. No he tenido contacto con ellos, pero me da mucha tranquilidad cumplir la cuarentena en mi país porque sé que tengo a mi gente cerca. Estoy procesando todo lo que viví. Recién caigo que viví un año afuera, con otras culturas e idioma distinto, y me encuentro procesando la enseñanza del viaje. A valorar las cosas, a vivir más en paz conmigo y con la gente. Renegué mucho estando allá. Estar acá entre la gente de uno, me hace valorar el triple cualquier gesto", manifestó.
La bailarina admitió que su experiencia artística en India fue muy buena y que aquí, pese al aislamiento, continuará dando clases online y realizará un show virtual el próximo 7 de junio.