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Este domingo 28 de junio por la tarde, un adolescente de 14 años se quitó la vida en una casa de las calles Tuyutí y Teniente Romero. Se trata de Brandon Loyza, el chico que había mantenido en vilo a toda la comunidad tras estar desaparecido tres semanas en septiembre del año pasado.
Brandon Loyza, de 14 años, fue hallado sin vida este domingo 28 de junio. El hecho habría ocurrió alrededor de las 14 horas cuando la mujer de su padre, con quienes vivía en una casa de las calles Tuyutí y Teniente Romero (barrio Los Paraísos), lo encontró fallecido (por asfixia) en su habitación. Habría dejado cartas de despedida para sus hermanos.Según se supo, una vecina enfermera le realizó tareas de reanimación hasta la llegada de una ambulancia del SAME que constató la muerte. En el lugar se hicieron presentes móviles policiales y Policía Científica. La causa recayó en la UFI N°9 de General Rodriguez. La noticia causó conmoción en el barrio y tristeza de muchos vecinos. En diálogo con La Posta, mencionaron que "Brandon era un chico muy amable y respetuoso. Jugaba a la pelota con algunos chicos del barrio. Vivía con la madre y luego pasó a vivir con el padre y la mujer de él, desconocemos el motivo".Por tres semanas, Rodríguez estuvo en vilo por él
En septiembre del año pasado, Brandon escapó de la casa de Malvinas donde vivía con su madre y no se supo de él durante tres semanas. El 30 de agosto del 2019 se había ido con mudas de ropa y algo de dinero y las fuerzas de seguridad desplegaron intensas búsquedas que incluyeron rastrillajes, utilizacion de canes de búsqueda e intervención de Defensa Civil, Gendarmería y hasta comisarías de Moreno. El adolescente había terminado apareciendo cerca de la medianoche del 23 de septiembre en la estación de trenes de Merlo luego de que una mujer lo reconociera y terminara tomándole una foto y difundiéndola. Su familia, junto al secretario de Seguridad y fuerzas policiales, había ido a buscarlo.Una tragedia y muchos interrogantes
Aquel episodio de septiembre no había sido el único en el que Brandon estuvo desaparecido. En otras ocasiones ya se había ido de su casa. Incluso cinco meses antes de ese episodio, el chico se había ausentado por dos días y había aparecido en la estación de Rodríguez. Durante las tres semanas que estuvo desaparecido, la familia de Brandon había manifestado diferencias internas hasta públicamente. No se pudo constatar el motivo por el cuál, luego de su aparición, el chico había dejado de vivir con su madre, ni tampoco cómo era la relación con su padre. Se intenta averiguar cómo fueron las intervenciones del área de Niñez municipal y qué registros tienen de la historia del chico que, tras varios intentos de escaparse de la casa donde vivía, terminó tomando la trágica decisión de este domingo. Y, con la tristeza, es inevitable preguntarse qué problemas atormentarían a este adolescente al que los vecinos del barrio le habían tomado cariño en estos últimos meses y al que describían con elogios. Ya sea que se debiera a cuestiones psicológicas o psiquiátricas; o a cualquier otra problemática; preocupa que, como ha ocurrido con muchos casos similares, el acompañamiento estatal quizás no fuera el que la situación merecía. Muchas veces el secreto de cada causa no ayuda a establecer una buena evaluación sobre si la intervención del Estado ayudó o no. Hoy Brandon ya no está. Quedó trunca toda la vida que tenía por delante. Y la reflexión es una obligación para que esta situación no sea moneda corriente.Notas relacionadas