En aquella ocasión, se había demolido una casa muy precaria que funcionaba como búnker de venta de drogas. Y según la investigación actual, la mujer habría sido asesinada en el marco de una cuestión vinculada a un posible ajuste de cuentas por narcotráfico.
El
asesinato de Doris María Espinosa (45)
en Ampliación Agua de Oro (al comienzo los vecinos decían que fue en Los Troncos, pero fue en el límite entre Ampliación Agua de Oro y El Casco, el domicilio que ealquilaba la mujer sí queda en Los Troncos, a pocas cuadras) continúa siendo materia de investigación para las fuerzas policiales, que
hasta el momento sostendrían que el hecho se produjo por una cuestión enmarcada en un posible ajuste de cuentas por narcotráfico. Crecen las sospechas sobre el terreno donde se demolió la casilla en 2018.
Pero en los últimos días, La Posta recorrió el área comprendida por las calles Laguna Rosario y El Criollo, en el límite de Los Troncos con Pico Rojo, y dialogó con vecinos de la zona. Y algunos de ellos, teniendo en cuenta la hipótesis principal de este caso, en primera instancia reflejaron su queja respecto a la fuerte presencia que tiene la venta de estupefacientes en el barrio y en segunda, recordaron un episodio ocurrido a fines de noviembre de 2018, cuando la Delegación Mercedes de la Policía Federal (PFA), con apoyo logístico de la Secretaría de Seguridad municipal,
llevó adelante varios allanamientos en simultáneo en el barrio, detuvo a tres hombres de nacionalidad peruana
por posesión y comercialización de drogas y demolió una casa que estos sujetos utilizaban como punto de venta, la cual en su interior tenía pertenencias de una mujer joven que decía haberla comprado por 100 mil pesos a principios de ese año, aunque carecía de documentación y no conocía al dueño. Según trascendió en ese entonces, los vendedores de droga usaban la casa sólo por momentos.
En este sentido, lo que afirmaron los vecinos es que
esa casilla de madera estaba situada en el mismo terreno donde ocurrió el crimen del último sábado. Es decir, que a pesar de haberse derribado aquella casilla, la actividad ilícita siguió transcurriendo en el mismo domicilio con una construcción aún más importante, que lógicamente demandó mayor inversión para el propietario y, según los testimonios, se habría construido en cuestión de pocos meses.
De esta forma, crecen los interrogantes: ¿Habrá sido Doris Espinoza la mujer que decía haber adquirido la casa? Si es así, ¿se demuestra que Doris estaba implicada en el circuito, que era parte o era usada por él, y entonces fue asesinada por un supuesto ajuste de cuentas? Algunas publicaciones aseguraron que ella era pareja de un narcotraficante asesinado.
Quien se apropió del terreno, ¿Será también un narco o ya lo tenía de antes y realizó una inversión importante en la construcción tras la demolición de 2018? Habrá que esperar los avances de las pesquisas policiales y el Municipio también debería averiguar quién o quiénes figuran con la posesión de esos lotes de la esquina, cuya construcción estaba avanzando antes de ocurrir el homicidio.
En cuanto a los imputados, que todavía están prófugos y tendrían pedido de captura nacional e internacional. Cabe destacar que habrían sido identificados gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad de la cuadra, que habrían capturado el momento en el cual ingresaron al domicilio en cuestión, de acuerdo a lo expresado por la secretaria de Justicia y Seguridad del Municipio, Ana María Mottino.
Problemas de inseguridad en la zona, con mucha venta de estupefacientes
En otro orden, los vecinos resaltaron que la zona de la colectora es “tierra de nadie”, que falta iluminación, que no hay ni hubo participación vecinal ni municipal, y por lo tanto “los delincuentes están al acecho”. Principalmente, porque se trata de un barrio habitado, en su mayoría, por extranjeros, y en estos casos la Policía prefiere no interferir ni investigar a fondo.
Por último, algunos advierten que no sería descabellado que en la brevedad se desate un clima conflictivo en el barrio debido al impacto económico ocasionado por la emergencia sanitaria a causa de la pandemia del coronavirus. “Los que no pueden salir a trabajar se están muriendo de hambre y hay gente que verdaderamente está mal”, expresaron a La Posta.