A poco menos de un mes de sufrir un violento asalto a tres cuadras de su casa, cuando salía para trabajar, un vecino y padre de familia se animó a contar el dramático suceso que le tocó vivir, la demora para radicar la denuncia policial y la "pésima" atención de la ART. Además, expresó su temor a salir a la calle y reclamó a las autoridades por seguridad.
David tiene 37 años, es casado y padre de familia y todas las mañanas sale a trabajar a un edificio del barrio porteño de Flores, donde cumple una jornada de cuatro horas diarias.
Sin embargo, en la mañana del sábado 18 de julio, David caminaba sobre Avenida Central, a tres cuadras de su domicilio, y llegando al cruce con Baradero fue interceptado por dos sujetos que se escondían detrás de un árbol y lo amenazaron con un arma de fuego (sería un revólver plateado). "Quedate ahí. Dame todo…", le dijeron, según su relato.
La reacción instantánea del vecino fue darse vuelta y empezar a correr para escapar de la situación. Pero a los treinta metros, uno de los delincuentes lo tomó de la mochila y lo frenó. Ante ello, y forcejeo mediante, David agarró su bolso y lo arrojó hacia una de las viviendas de la cuadra para que los malvivientes no puedan llevársela.
"Alcancé a tirar la mochila hacia una casa. ¿Sabés por qué? Porque tenía mi DNI para poder viajar a trabajar. Sólo por eso me hice el guapo", expresó la víctima en un descargo que hizo público en su perfil personal de Facebook.
"Mirá lo que te pasa por tirar la mochila…", le habrían señalado los ladrones, y lo empujaron hacia el suelo, lo agarraron y con un arma punzante le empezaron a efectuar distintos golpes, cortes y puntazos en el rostro y en la zona de la cabeza. "Al caer al piso el del revólver me rompió la cabeza en tres partes y el del cuchillo me cortó la cara. Sentí cómo el cuchillo me cortaba la piel y con las manos me cubrí la cabeza y el HDP me tiró puntazos a los ojos y me los dio en la mano, para mi suerte", detalló David.
Tras el acto de saña por parte de los malvivientes, que serían de contextura física delgada, de aproximadamente 1,70 mts., tez blanca, y llevaban puesta ropa deportiva de color oscura, éstos le sustrajeron el teléfono celular que llevaba en el bolsillo de su pantalón y se dieron a la fuga por Baradero con sentido a barrio Güemes.
David retornó a su casa "con un ataque de nervios y bañado en sangre". Lo vieron su mujer y sus hijos, que estaban durmiendo. "Por más que me escondí, me vieron así y eso fue lo peor", lamentó.
En este marco, la víctima llamó al 911 y a su domicilio arribó -según contó- un patrullero sin luces y debió esperar 4 horas para hacer la denuncia. A ello, se sumó "la atención de la pésima ART".
En su descargo en Facebook, el vecino de Altos del Oeste reflexionó: "Días con la mente en blanco, asustado, perseguido, traumado… Hoy salgo a la calle con miedo ya. Todos salimos con miedo y cuidado de no contagiarnos del COVID y ahora salimos con miedo de que nos quiten la vida".
Y continuó: "Nos roban lo material, pero también nos roban la dignidad, los sueños, las ganas, la tranquilidad, nos quieren robar la vida".
Por último, apuntó contra las autoridades y fuerzas de seguridad: "Los patrulleros no funcionan, los policías tienen que cumplir 24 horas seguidas de trabajo, la Ley deja salir presos por el COVID y nos dejan a nosotros que nos rompemos el alma para vivir dignamente y nos dejan a la merced del mal. Me toco a mí y lo puedo contar. No dejemos que te pase a vos, a tu mamá, a tu papá, a nuestros hijos… ¡Algo tenemos q hacer!".