Se trata del reconocido instructor de zumba Federico Murray, quien decidió asumir esta responsabilidad hace unos 30 días y este lunes se trasladó al Hospital Militar Central. También fue voluntario de este ensayo un empleado de la oficina local de ANSES.
Este lunes, 17 de agosto, el rodriguense Federico Murray (26 años) se sometió como voluntario a la prueba de la vacuna contra el COVID-19 que se desarrolla en el Hospital Militar Central del Ejército Argentino. Es el primer ensayo clínico en el país elaborado por BioNTech en colaboración con Pfizer para la prevención del coronavirus. El mismo está liderado por el infectólogo Fernando Polack.
“Decidí ser voluntario porque creo que es una responsabilidad que necesito llevar. Estoy en aislamiento desde que comenzó todo porque mi papá es de riesgo y estoy cumpliendo con todos los protocolos. De alguna manera siento que puedo ayudar desde mi lugar, sentirme útil”, expresó Federico a La Posta Noticias.
Sobre esta decisión que optó llevar adelante, contó que la tomó hace unos 30 días cuando vio en las noticias que se necesitaban voluntarios para probar la tercera fase de la vacuna COVID-19.
También se refirió al proceso que tuvo que desarrollar para efectivizar su rol de voluntario: “Para inscribirme llené un formulario online con todos mis datos y dirección web que anunciaron y a las 48 horas, me llamaron Por WhatsApp y me hicieron una corta entrevista y síntesis explicándome cómo iba a ser este tratamiento”.
Llegado el día del inicio de la prueba, Federico destacó el protocolo manejado tanto en el traslado hacia el hospital como durante el tratamiento: “Manejan un protocolo excelente. Envían un auto con la empresa Cabify que llega a tu casa en el horario exacto pactado; el mismo te lleva justo dentro del predio, donde te entregan un kit con barbijo, agua, un termómetro y algo dulce. Luego todo va muy programado, casi no tienes que esperar entre consultas y pruebas”, relató.
Y profundizó: “Primero es una entrevista con un médico donde te cuenta ampliamente qué es lo que va a pasar, luego pasamos a estudios de sangre completos para saber si soy apto para dicha vacuna, hisopado y listo. Una vez que la vacuna es aplicada, te tienen en observación durante media hora y te devuelven a casa”.
Respecto de algunos síntomas que podría llegar a tener tras la aplicación de la vacuna, Federico aclaró que podrían ser entre fiebre, dolores musculares, dolor de garganta, pero en cualquier caso, le entregaron un dispositivo a través del cual puede avisar cualquier síntoma. “Estamos monitoreados constantemente y al llegar a casa todo es vida normal, claro, en pandemia. En mi caso, llegué a las 17:00 y a las 19:30 ya estaba dando clases virtuales”, comentó.
“Me siento feliz de haber contribuido a la posibilidad de poder salir de todo esto. Sé que muchísima gente lo está pasando muy mal”, reflexionó Federico, quien a su vez admitió: “Quizás no es lo que mis viejos hubieran preferido, pero ya me conocen, y no tuve miedo en ningún momento”. El joven instructor rodriguense debe volver en un mes para una segunda aplicación.
Los requisitos para postularse para la prueba de la vacuna contra el coronavirus:
- Es necesario tener entre 18 y 85 años.
- Los postulantes deben vivir en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) o a menos de 60 kilómetros de la misma.
- Están imposibilitadas de participar de esta prueba mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Un empleado de la oficina local de ANSES también eligió ser voluntario de este ensayo
Se trata de Gustavo Botto, quien trabaja en ANSES General Rodríguez y es afiliado de ATE (Asociación Trabajadores del Estado). Botto se sometió a la primera aplicación el viernes 14 de agosto y su caso fue difundido en el sitio web oficial del gremio, en el cual transcribieron sus sensaciones previo al traslado al Hospital Militar Central:
“Escuché hace dos meses en un medio de comunicación a un infectólogo hablando de las vacunas en desarrollo contra el COVID-19 y dando la gran noticia que nuestro país era uno de los elegidos para las pruebas de laboratorio en fase 3 y que eso sucede porque Argentina tiene una larga trayectoria de investigación de vacunas, con un calendario vacunatorio obligatorio que muy pocos países del mundo lo tienen. Que esto era producto de un trabajo en conjunto entre nuestro país y el laboratorio Pfizer donde solicitaban voluntarios de entre 18 y 65 años sin patologías graves.”.
“No lo dudé un segundo, escribí un mail contando que yo quería participar, dar una mano y esperé. Al mes me llamaron. Tuve una primera entrevista donde me contaron cómo era lo de esta prueba a la cual se inscribieron 25.000 voluntarios y que fueron elegidos 4500, de los cuales a la mitad se les aplicará la vacuna contra el Covid-19 y a la otra mitad placebo (agua destilada), que esa selección dependía de una computadora, que ni los propios médicos ni investigadores están al tanto de lo que le toca a cada voluntario porque lo importante de todo esto es el estudio y cómo se comporta nuestro cuerpo y que esto se irá evaluando con extracciones de sangre e hisopado.”.
“Esta vacuna tiene dos colocaciones: la primera este viernes 14 de agosto donde pasarán a buscarme por mi domicilio y donde me devolverán al terminar. Y la segunda a los 20 días o a los 60, de acuerdo con lo que el mismo sistema determine. Deberé bajar una aplicación en mi celular que me mantendrá en contacto con los investigadores y que luego de esta segunda dosis, deberé concurrir 4 veces más al hospital militar para nuevos estudios a lo largo de los próximos dos años.”.
El porqué de su decisión
“Mi esposa es médica de un Hospital Nacional y de una sala municipal, y desde que comenzó el 20 de marzo la pandemia, nos cambió la vida a todos. Mi esposa, de quien siento gran orgullo, cada vez que sale a trabajar tiene toda una rutina de preparación, ni les cuento los cuidados de prevención que tiene al regresar y no quiero imaginar los que tiene durante su jornada laboral. Esto ha permitido que ni mis hijos, ni yo, hayamos tenido síntoma alguno compatible con COVID-19 en los últimos 5 meses.”.
“Soy voluntario porque es mi manera de colaborar al gran trabajo del personal de salud y al gran trabajo que han hecho nuestras autoridades. Yo presto un poquito mi cuerpo para probar una vacuna que va a traer a todas y todos, en corto tiempo, la normalidad que tanto añoramos.”.