En la tarde del viernes, tras una discusión telefónica matinal y en medio de cambios profundos en el gabinete que le quitaban áreas, el Secretario de Transporte y Tránsito y figura principal del gremio Camioneros renunció al cargo con una carta incendiaria.
¿Era esperable? Si. ¿Era buscado? Seguramente. Pero el modo de la salida de Pablo Osuna del Ejecutivo Municipal de Mauro García quedará como una marca indeleble, dado que el líder zonal de Camioneros fue uno de los actores principales en el armado electoral del intendente. El armado que conquistó la elección pasada requería de todos los sectores y uno de los principales, fue la unión de los gremios. Sin embargo, con el arribo al poder, se notó desde el primer momento que la gente de Camioneros no tenía la misma preponderancia que otros sectores.
Osuna calló durante todo el 2020, pero ya a finales de año y desde este 2021 comenzó a dar gestos de reprobación y críticas internas que avisoraban un final conflictivo por la falta de apoyo e infraestructura a su secretaría. En los pasillos ya se daba por descontado que en el corto plazo, a Osuna le quedaba un sólo destino. La cuestión, era saber cuándo y cómo.
En el gabinete ya calculaban que para que García logre levantar la imágen de su gobierno, algunas de las acciones principales debían ser cambios de funcionarios. Los más apuntados en los últimos meses fueron las áreas de Seguridad y Transporte. No muy lejos, había rumores respecto de Inspección General.
Con todo consumado, Osuna advirtió que a la tarde renunciaría con todo su equipo y así lo hizo, pero antes de irse, cual manifestación con piquete, dejó una afrenta incendiaria en el despacho de García. Una carta que algunos ven desde el despecho, pero que más allá de todo, puede ser el primer alejamiento de impacto de un sector "pesado" de una gestión que está empezando a definir el verdadero perfil que buscan tener y el "equipo" con el que quieren aplicarlo.
LA TERRIBLE CARTA DE RENUNCIA
Ahora, ¿Qué hará Osuna? ¿A qué se refiere cuando menciona irregularidades en su misiva? Este capítulo puede derivar en muchas acciones o sólo en amagues, pero consecuencias, habrá muchas. Por lo pronto, el poder mayor ahora queda en dos sectores principales, con sus "acorazados" y un conglomerado de buques menores que acompañan. Como en el inicio de la gestión, ahora mandarían los "lecheros" y "la vieja guardia".
Más cambios se avecinan y estos sectores querrán proponer a los nuevos reemplazos y quedará claro quién tiene la "lista más larga" de cara al futuro, si los jóvenes poderosos o la histórica, siempre presente e ingeniosa "guardia" municipal. Termina una etapa y nace una nueva contienda de poder interno. Quizás demasiado para una joven gestión que tuvo que atravesar demasiadas crisis en poco tiempo y que termina en la desesperada búsqueda de que la llegada de obras públicas que paga Nación, traigan una bocanada de aire fresco a una administración que se añeja demasiado rápido.