En los últimos días, trascendió que el Municipio de Luján oficializará un documento donde prohibirá la realización de la Peregrinación a Caballo a la Basílica de Luján, que formaba parte del calendario religioso desde 1945 y que desde este año se "reconfigurará" para continuar como una "festividad organizada" pero sin el habitual peregrinar de personas a caballo desde distintas ciudades. En Gral Rodríguez se planea acompañar la iniciativa, en el medio de opiniones favorables y también negativas de parte de la comunidad.
Según las autoridades de la vecina ciudad, la decisión surgió de reuniones entre el Intendente, Leo Boto, y representantes gauchos, de la Iglesia, proteccionistas y fuerzas de seguridad. La idea es que la última semana de septiembre se constituya una "semana de Tradición, en homenaje a aquella primera muestra de fe, que cuide la vida de los animales y se adapte a los nuevos paradigmas”.
En Gral Rodríguez, el presidente del Concejo Deliberante y primer precandidato a concejal oficialista, Manuel Anigstein, ya avisó que buscarán acompañar esa iniciativa para aplicarla en el distrito.
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La noticia despertó opiniones diversas en la comunidad de ambas ciudades y de la región. La no realización de la peregrinación a caballo responderá a los incesantes reclamos de muchos vecinos que se quejaban por la limpieza de la vía pública una vez que la peregrinación pasaba, debido a que muchas veces se hallaba excremento de equinos y otros residuos en las calles. También acusaban situaciones de inseguridad. Todo, junto con el reclamo de proteccionistas por las múltiples ocasiones en que muchos caballos llegaban muy maltrechos e incluso perdían la vida durante la jornada.
Esas voces ven, en esta disposición, "sentido común" a una cuestión que venía siendo notoria y que muchas veces opacaba la tradición.
Del otro lado están aquellos que hacen hincapié en la idea de que la decisión atenta contra las tradiciones. Una mirada que apunta al concepto de que "pagan justos por pecadores", argumentando que aunque en la peregrinación se veía a muchos carreros en caballos en muy mal estado, muchos miembros de la comunidad gaucha y tradicionalista mantenían en óptimas condiciones a sus animales y desplegaban carruajes coloridos sin poner en riesgo su salud, todo en el marco de la festividad.
En tal sentido, en Luján hubo críticas a Boto por considerar que no había "respetado" a la comunidad gaucha y sus tradiciones. Otros, por su parte, sostienen críticas generalizadas a las autoridades (tanto en Luján como en Gral Rodríguez y la región) por la tracción a sangre y la necesidad, no sólo de su prohibición (algo que ya avisó el oficialismo local que impulsará) sino de su control, que en muchos distritos existe una ordenanza aprobada para tal fin pero no termina haciéndose cumplir y los equinos siguen muriendo en las calles o agonizando tras tirar de un carro sin descanso ni alimento. Estas posturas ven en esta iniciativa sólo el puntapié de algo que debe extirpar la problemática del maltrato animal de raíz, algo que sin dudas llevará más tiempo y más trabajo de parte del Estado en la región.
