“Un ejemplo a seguir”: Así se despidió a Julio Pedro Ortiz, emblema del ISFT Nº 188
Una pérdida irreparable para uno de los establecimientos educativos modelo y distintivo de nuestra ciudad.
El pasado miércoles, 8 de septiembre, falleció Julio Pedro Ortiz, reconocido por su enorme trayectoria profesional en el ámbito académico y como ingeniero civil, lo que lo convirtió en un emblema del Instituto Superior de Formación Técnica Nº 188 (ISFT Nº 188) de General Rodríguez, establecimiento de la cual fue rector y director desde su fundación.
A 48 horas de la triste noticia, a Ortiz lo despidieron en un emotivo velatorio, que también contó con un breve responso en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y un cortejo hacia el frente del ISFT Nº 188, donde se realizó un minuto de silencio en honor a su persona y se culminó con un sentido aplauso, que a juicio de todos los presentes, debería haber tenido una concurrencia masiva para la importancia social de los logros de su vida y la clase de persona que era.
“Un Sarmiento local. No sólo sostuvo esta institución, sino que la creó y la formó. Yo tuve la suerte de compartir con él desde el principio de esta institución”, declaró Roberto, consternado por el desenlace de su ex compañero. Y agregó: “Cientos de muchachos hemos encontrado en esta institución una salida hacia una sociedad ascendente y Julio fue el que lo sostuvo y el que nos guió e hizo crecer esto. Nada más que un agradecimiento enorme para con él”.
En esta línea, llamó a “seguir el ejemplo de Julio”. “Fue un visionario porque quién pensaba en energías renovables. Nadie, muy pocos. Algunos otros los seguimos, pero el que empujó y siempre tiró del carro fue él. Es un ejemplo a seguir”.
“Lo que empezó como una carrera hoy tenemos cinco y el año que viene vamos a ver si agregamos una más. Y eso cambia la vida de las personas. Las fortalece y genera una sociedad totalmente distinta tanto en lo laboral como al aporte social por la formación de valores, algo que Argentina necesita para volver a ser la potencia que fue en su momento”, reflexionó.
Por su parte, Héctor contó: “Lo conocía desde el ’83. Formamos parte de la primera promoción, o sea, cuando hicimos el ingreso y los primeros años en el Nº 1. Después pasamos para acá, construimos todo esto gracias al ingeniero y a toda la sociedad”, recordó.
Hoy, el instituto continúa creciendo de a poco y solicitando hasta un proyecto para un edificio con posibiliades de ampliación, aunque por el momento, es una esperanza, basada en una promesa, que ojalá, tras esta triste pérdida, se pueda resolver en la memoria de su creador.
ALGUNAS VIEJAS FOTOS DEL INGENIERO Y EL CRECIMIENTO DEL INSTITUTO