El episodio ocurrió en la noche del lunes, minutos antes de que el local cierre su jornada.
Dramático episodio vivieron el último lunes Ezequiel y Renzo, dos hermanos que estaban atendiendo a un menor de edad en su barbería ubicada en Avenida Central, entre Guillermo Hudson y Mercedes, barrio Altos del Oeste.
Eran las 21.45 horas y llegaba el horario de cerrar el local. De hecho, ya estaban por terminar el último corte de la jornada, a un vecino del barrio.
En ese momento, apareció en la puerta un sujeto que rondaba los 40 años, que había bajado de un auto Renault rojo con vidrios polarizados, y preguntó: “Che capo, ¿todavia está abierto?”. La respuesta de los hermanos fue que ya estaban a minutos de bajar las persianas.
El sujeto volvió a subirse al vehículo, el mismo se puso en marcha, avanzó unos metros y volvió a frenarse.
Tras la negativa al sujeto y cuando ya se empezó a preparar todo para el cierre del local, aparecieron otros dos sujetos en la entrada a cara descubierta, de entre 17 y 20 años cada uno. Uno de ellos, con campera del club River Plate, le dijo a Ezequiel: “Cortame, cortame, que pago el doble”, pero los barberos insistieron con que estaban cerrando.
Los sujetos se retiraron, pero cinco minutos después, cuando uno de los encargados de la barbería ya tenía el candado en la mano para proceder al cierre, volvió el mismo sujeto con campera de River mostrándole un arma de fuego plateada (tipo .45 mm) y, apuntándole en la cabeza, le manifestó: “Metete para adentro, dame todo, el celular, la plata. Este se hace el canchero y te meto un tiro, dale. Tirate al piso”.
A todo esto, su hermano Renzo y el cliente quedaron recostados en el suelo. A los segundos, lo arrojaron a Ezequiel, quien, con el arma en la cabeza, sacó su billetera y se las tiró a los delincuentes. En su interior, había aproximadamente $9.800.
En simultáneo, los malvivientes comenzaron a cargar máquinas corta pelo en mochilas: en total se llevaron 10 de distintas marcas, un secador de pelo y 12 tijeras. Además, sustrajeron un teléfono celular Motorola G9 Power y dos pares de zapatillas (unas Nike negras y blancas y otras Nike Air-Force).
Tras cargar el botín, uno de los delincuentes rompió una vitrina de vidrio donde había cajas de máquinas corta pelo, mientras el otro gritaba: “Vamos a atarlos”. Pero le replicó: “Dale, compa. Vámonos, la hacés re larga”.
Acto seguido, procedieron a la fuga. Para ello, bajaron la térmica del local, cerraron las cortinas de la puerta de entrada, pusieron el candado del lado de afuera (habiéndose llevado las llaves) y las víctimas se quedaron encerradas en el lugar.
Cuando las víctimas notaron que los malvivientes ya se habían ido, una de ellas se dirigió al sector trasero del comercio, le golpeó la puerta al vecino y éste, que no escuchó nada del robo, le prestó una masa y cortó el fierro para abrir el candado de entrada.
La denuncia se radicó en la Comisaría 2ª de Las Malvinas y la causa quedó asentada en la fiscalía Nº 10 a cargo de la Dra. Ludigliani.