Sociedad 10 NOV 2021

Tras la muerte de uno de los jóvenes petiseros, reclamaron por el estado de la calle

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Ernesto Méndez tenía 28 años y era petisero en el Centauros Polo Club. Tras su muerte en el choque de motos cerca del predio, el gremio que nuclea al sector acusó que el joven fallecido "estaba en negro" y fue "abandonado a su suerte". Y aseguran que hay más empleados en la misma situación.

Ramón Ernesto "Tili" Méndez murió el 3 de noviembre del año pasado en el Hospital Vicente López donde se encontraba internado tras un violento choque en el camino que une al Centauros Polo Club con la Ruta 28 en la noche del 29 de octubre.

Iba junto a su novia, Guadalupe Guevara, de 26, quien aún permenece internada en delicado estado, y ambos chocaron contra la moto en la que circulaba otro joven. Los tres accidentados trabajaban en el predio de polo, como petiseros.

Tras el accidente, las familias de las víctimas se quejaron del precario estado en el que se encuentra ese camino rural. Puntualmente, señalaron la falta de iluminación. Además, también denunciaron falta de acompañamiento de sus patrones para los que trabajaban en Centauros.

Se supo que el joven que iba sólo en su moto si fue acompañado por su empleador y fue trasladado a un centro de salud en Capital Federal, pero en el caso de Ernesto y Guadalupe, no habría ocurrido lo mismo.

El Sindicato de Trabajadores Petiseros de la República Argentina que funciona en Pilar, emitió un comunicado en el que informó que representantes gremiales fueron a mantener una reunión con los directivos de la institución para pedir la documentación del empleador responsable de Ernesto y Guadalupe. Y  denunció que Ernesto trabajaba "en negro" para el predio de polo y que lo dejaron "abandonado a su suerte".

Voces sindicales consultadas comentaron que en la misma situación de precariedad laboral que el joven fallecido habría "más de un centenar" de trabajadores en el lugar, una problemática muy frecuente en el mundo del polo pero no fuertemente visibilizada. El contraste, sin dudas, llama la atención: según contaron, en el predio de Centauros habría más de mil caballos que se preparan para el deporte y que, se sabe, requieren altas inversiones. Una industria en la que se manejan volúmenes importantes de dinero pero que se nutre de la fuerza de trabajo de empleados precarizados.

Puntualmente, aún no se supo la identidad del empleador responsable de Ernesto y Guadalupe. Fuentes gremiales indicaron que "no se quería hacer cargo de la situación porque argumentaba que ocurrió fuera del ámbito laboral" y que se "accionó legalmente" para que responda por el trágico episodio ocurrido. Por lo pronto, el Sindicato de Trabajadores Petiseros cerró sus oficinas tanto el miércoles 3 como el jueves 4 de noviembre por duelo, ante la muerte del joven trabajador.

 

 

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FERRETERÍA ROVI