Dos días de manifestaciones y piquete en B° San Carlos por decenas de robos de un grupo de jóvenes y menores
El jueves y el viernes hubo tardes de enojo, gritos y reclamos en Barrio San Carlos, sobre la calle Corrientes, altura Trueba, a raíz de dos grupos de vecinos que sendas tardes reclamaron a las autoridades que no aguantan más el raíd de robos de un grupo de vecinos muy jóvenes que "ya robaron a medio barrio" sin haber respuestas, llegando a episodios de violencia por la impotencia de los afectados.
En los últimos dos años hay un grupo de menores y algún que otro mayor, que se han robado todo tipo de pertenencias de los vecinos de toda condición social del barrio. Esta gente no discrimina: quintas, casas, campos, trabajadores, familias, hasta niños. "Ni un par de zapatillas se salva", dijo una vecina. "Nos roban la ropa y los vemos caminar con la ropa que nos robaron, se nos ríen en la cara", dijo otra mujer. "Vamos a denunciar a la comisaría 2° y nos dicen que no pueden tomarnos la denuncia porque están ocupados con otras cosas", dice un trabajador de la zona. Todos coinciden en que son un grupo de pocas personas, la mayoría muy jóvenes y menores de edad, que viven en una zona de varias casas humildes.
Ellos ya fueron a denunciar, a los que les tomaron las denuncias, llevan acumuladas muchas. Dicen que les entraron a robar animales, entre ellos, una quinta que tenía una reserva de animales exóticos los perdió a todos. "Se metieron con cuchillos, mataron los 'bambis' y vendieron empanadas de ciervo en el barrio, me mataron un ñandú y lo evisceraron, lo degollaron y dejaron la cabeza ahí tirada, en dos años no nos quedaron prácticamente más animales", aseguró una señora que estaba muy alterada el jueves.
Esa tarde se acercaron a hablar las autoridades municipales, la secretaria de Justicia y Seguridad Ana Mottino a la cabeza, hablando con los vecinos dijo que los entendía y que había que "tratar de trabajar los temas en conjunto, evitando situaciones de violencia entre vecinos" como los que habían ocurrido la noche anterior, cuando un grupo de afectados fueron a una casa donde estarían viviendo algunos de los malvivientes e iniciaron un incendio que afectó a otras casas más. La escalada de violencia terminó afectando a otros que quizás eran absolutamente inocentes y siempre está el miedo de que algunas personas salgan heridas, o hasta niños. "Me robaron hasta la bicicleta oxidada del nene", dijo una de las más enojadas del viernes y otra agregó que se roban desde animales, mascotas, herramientas, hasta ropa y se burlan.
Ya el viernes, en la segunda movilización, que tuvo a un grupo de unas 20 personas completamente distintas del jueves, se decidió hacer un corte de calle, cosa que no había pasado el jueves después de la charla. Allí, en un marco de mucho enojo y gritos contra las instituciones y representantes, los vecinos presentes debatieron con una mujer policía y llevaron carteles hasta que en un momento llegaron con ruedas y cortaron la calle Corrientes en la esquina de Trueba.
Lo peor de todo es que tanto una vecina del viernes como una del jueves dijeron que fueron amenazadas por estos grupos, diciendo "te vamos a vaciar la casa" en un caso y otra dijo "a mi marido le pusieron un machete en la cabeza unos vecinos confundiéndonos con los delincuentes". Es decir, que la inacción judicial es tal, que los vecinos toman determinaciones ellos que por lógica pueden no ser exactas. "Nos dicen que no vayamos a atacarlos, que son gente peligrosa, parece que les tienen miedo hasta en la policía" nos transmitió una familia que dijo tener respuestas vacías durante varios episodios.
Lo que todos coincidieron, es que los que iniciaron denuncias y aportaron pruebas, nombres y direcciones, pese a acumularse entre sí, jamás recibieron un llamado de las fiscalías para avanzar en las investigaciones.
ESPACIO EDITORIAL: FRUSTRACIÓN, JUSTICIA AUSENTE Y ESTADO DE EXCUSAS
Si hay algo que viene quedando claro en los últimos días es que los problemas más importantes que hay que resolver son tres: LA TOMA DE LA DENUNCIA EN COMISARÍAS, EL EQUIPO DE INVESTIGACIÓN QUE DEBE SEGUIR LOS HECHOS Y ARMAR LAS ESTRATEGIAS PARA QUE LA JUSTICIA ROMPA LAS ORGANIZACIONES DELICTIVAS O LAS PUEDA PREVENIR Y LO MÁS IMPORTANTE; LA ATENCIÓN, CELERIDAD Y RESOLUCIÓN DE LAS FISCALÍAS Y DEFENSORÍAS DE LA CIUDAD, QUE PASAN UN NÚMERO IMPRESIONANTE DE CAUSAS AL ARCHIVO SIN AVANCES, SIN ATAR CABOS ENTRE LOS HECHOS ACUMULADOS.
Lo cierto es que se acumuló tal nivel de frustración que ahora el desasosiego es total y se van disparando las manifestaciones por distintas razones por toda la ciudad, llegando a haber cinco o seis piquetes por semana por diversas causas. Obviamente en todos los barrios hay reclamos de obra pública, iluminación, infraestructura, pero ¿Qué se puede hacer o agregar cuando la justicia tiene decenas de personas afectadas por robos y no allana las casas de los perpetradores?
Si la justicia no avanza las investigaciones, no sabe o no puede lidiar con los menores, no puede prevenir, no puede recibir la denuncia, termina en repetidas reuniones municipales insistiendo en que "no alcanzan los móviles", en que "faltan más agentes y la Provincia no manda" o que "hay que trabajar en conjunto poniendo cámaras y alarmas vecinales" (que muchas veces terminan pagando aparte los vecinos), entonces la solución no va a llegar.
CULPAR AL MANIFESTANTE, NO
Lo último a tener en cuenta, pero no por falta de importancia, es la sensibilidad política. A sólo dos días de una elección, muchos dirán que todas estas manifestaciones 'seguro son políticas'. Sin dudas. La política es lo único que puede cambiar la vida de la gente (hay espacios que lo aseguran y reivindican pero luego cuando les reclaman dicen "es político), entonces es lógico, que muchos vecinos, bajo la cultura argentina de las últimas décadas, donde todo se logra por acción extorsiva, desde una mejora de calle hasta ayuda para un merendero, el mismo mecanismo se use para pedir justicia. Y mucho más cuando la fecha de una elección pueden servir para aumentar esa "palanca". Pero a no confundirse. Lo que se vio en los últimos días en Camino a Navarro, Barrio San Carlos, cruce Boatti, Los Naranjos y varios puntos más, no es partidario (están las denuncias y los hechos), sí es político.
Y al reclamo vecinal, no hay que tenerle miedo ni bronca, hay que tenerle sensibilidad, atención y sobre todo, sinceridad. Oficialistas y opositores deben prestar atención a estos emergentes, ya que cuando la frustración pasa a instancias más avanzadas, no se está lejos de los "estallidos", que por supuesto nunca son ordenados porque suceden por acumulación. Y ese día ya se vivió en 2001, pero tuvo poco eco en nuestra ciudad. En esta nueva época de colapso, sería muy distinto.
Es hora que todas las instituciones agarren el "fierro caliente" y se encarguen antes que la gente se radicalice, explote y se terminen perdiendo vidas y bienes. Como siempre, cuando hay muchos culpables, no hay ninguno. Así que requerirá mucho valor humano y político para que alguien dé el paso al frente y arranque a juntar las piezas para resolver este problema que apunta a llegar a un estado de ebullición muy peligroso. El lunes, la semana que viene, pero en algún momento, se tienen que dejar de jugar con la gente y darles una respuesta, buena, mala, regular, pero que sincere lo que pasa con la justicia que no resuelve y archiva masivamente los casos.