Ocurrió el martes 14 de diciembre en horas de la madrugada, en una vivienda de la calle Profesor Angel Vega y Demaestri, en el barrio Juan José.
Los perros empezaron a ladrar a eso de las 4.30 horas de la madrugada del último martes y Miriam y su marido se extrañaron. Primero se levantó de la cama él pero no vio nada, luego, cuando los ladridos continuaron y sonó la alarma del auto, se levantaron los dos de la cama.
Las peores sospechas se confirmaron: habían entrado a su casa. "Sacaron el portón de su riel y se llevaron una motosierra, aunque podrían haberse llevado más cosas. A medida que pasan los días vamos viendo si falta alguna cosa más, especialmente entre las herramientas con las que trabaja mi marido", comentó la vecina.
Contó que el portón suele cerrarlo con un candado y una cadena gruesa, que habían intentado cortar sin éxito. No importó, los ladrones sacaron la estructura metálica de su eje y pasaron igual. "Cuando conté a mis vecinos lo sucedido, me comentaron que a uno le barretearon el auto y le llevaron pertenencias", relató. Y cerró, indignada: "A mis hijos de 18 y 14 años les dije que no se sale ni se entra después de las 22 horas. El más grande juega al basquet, el otro al fútbol, y a veces vienen tarde, pero está complicada la calle".
