El terrible incendio de Mi Rincón, en primera persona: "Cada minuto eran 10 horas para nosotros"
Guillermo Vilumbrales fue uno de los primeros cuatro bomberos que arribaron a las cercanías de la Ruta 24 y la calle Mar del Plata, donde el voraz incendio se propagó rápidamente y volvió un infierno la zona. Se quemaron varias casas y árboles, en lo que fue uno de los incendios forestales más graves de los últimos tiempos. Emocionado, recorrió el lugar y dialogó con La Posta.
Una vez concluida la primera parte de los trabajos y controlado el fuego del terrible incendio en el barrio Mi Rincón en la tarde del viernes, Guillermo Vilumbrales, uno de los primeros cuatro bomberos que llegaron al lugar tras el aviso de los vecinos, dialogó con La Posta y contó que "eramos cuatro componentes, inicialmente. La superficie del incendio no la sabría calcular, pero estamos a 400 o 500 metros de donde arrancó el incendio y en el medio había monte, cañaverales, pastizales, pasto corto, viviendas".
Luego, agregó: "La gran mayoría de las casas estaban ocupadas, hay un predio de yoga que quedó muy afectado. Muchas casas quemadas y vecinos colaborando, en cuero, a baldazos contra un monstruo. El fuego se nos venía. Pedíamos a la gente que saque los autos mientras se caía el tendido eléctrico".
Al referirse a la magnitud del incendio, el bombero no dudó. "Yo llevo 27 años. No recuerdo haber participado en un incendio de esta envergadura. La peor parte fueron dos o tres horas. El fuego iba a una velocidad que no dábamos a basto. El viento cambiaba constantemente. Más de una vez tuvimos que retroceder del lugar donde estábamos por miedo a tener un probema con el vehículo. Uno pedía el apoyo y no llegaba, porque estaba en camino y cada minuto reloj eran como 10 horas para nosotros".
En ese sentido, relató uno de los momentos más difíciles de esa ardua lucha contra las llamas. "Uno de los camiones quedó rodeado por el fuego, tuvimos suerte de que no se quemó. Uno de los muchachos tuvo quemaduras leves pero está trabajando. El apoyo llegó pero estuvo en otro foco, no dónde estabamos nosotros", dijo.
La desesperación se apoderó de ese puñado de bomberos que hacían lo que podian: "En un momento no sabíamos que hacer. Cuando llegamos no imaginábamos que era tan grave, era fuerte pero sobre pastizales. Cuando vimos que el fuego cruzó la calle, se descontroló. Aparentemente había otro foco que no veíamos y nos estuvo encerrando constatemente. Varias veces estuvimos encerrados por el fuego, protegiéndonos a nosotros y los vehículos. Pedimos a la gente que se vaya".
Y añadió: "El camión con el que vinimos era un camión forestal y podemos ver que se quemaron seis propiedades, cuatro en forma generalizada. En una pileta hicimos el primer reabastecimiento. En una casa había un nene encerrado, escuchamos su voz y corrimos para sacarlo porque se nos venía el fuego".
Mientras caía la tarde del viernes dramático y se terminaba la primera parte de la extinción del fuego, la preocupación de los vecinos eran las cenizas que quedaban a gran temperatura. "Los vecinos ven que se reavivan las cenizas con dos centímetros de llama y se alarman, es entendible. Todas estas cenizas pueden volver a quemar, por eso es importante enfriar. Esto es importante trabajarlo por sectores para poder avanzar en el día porque en la noche no se ve nada", remarcó. Finalmente, la tan ansiada lluvia llegó en la noche del sábado.
Finalizando la recorrida frente a la primer casa donde comenzaron a trabajar, Vilumbrales contó que: "Esta vivienda con techo de paja, tipo quincho, cuando llegó la unidad ya la estaba agarrando el fuego. Con nuestra experiencia sabíamos que era dificil pararlo y tuvimos que sacrificarla para poder evitar un avance mayor del fuego. Porque si nos abocábamos a esto, iba a agarrar el resto de las cosas. Uno hace un relevamiento crudo y tiene que elegir que salvar y qué no".
Luego, tuvieron que empezar a combatir las llamas en un escenario de desolación y desesperación: "La gente nos pedía que fuéramos a sus casas, cada uno a la suya. Hicimos lo que pudimos, pero había que resolver cuidando la vida, los bienes. Si le pasaba algo al camión, se queda el pueblo sin una unidad. No es fácil reponerla. No podiamos hacer nada, hicimos lo que pudimos. Había gente que perdio todo y agradecía, da satisfacción eso pero dolor también".
Por último, remarcó el gran trabajo de todo el equipo de Bomberos Voluntarios de General Rodríguez y a "la gente de Defensa Civil, que puso el hombro como nunca. Fue muy importante su ayuda".