Cartoneros nómades: el drama de un grupo que pide “un lugar para estar” y la necesidad de acelerar las cooperativas
Los encontraron ocupando un predio privado y los desplazaron hacia un costado de la ruta. Vagan por el distrito diariamente cartoneando y cambiando de lugar para armarse refugios precarios con nylons y reclaman ayuda estatal, donde no han tenido resultados.
Durante la madrugada del jueves 24 de febrero, un grupo de cartoneros fue desalojado de un predio de propiedad privada ubicado frente al barrio Fonavi, por personal de Seguridad municipal y de la Policía. El espacio, que si bien es privado carece bastante de mantenimiento y no tiene cerco, era aprovechado por este grupo para armarse un alojamiento temporal bajo un árbol, uno de varios que usan en su vida nómade, que según explicaron, no es por decisión, sino por necesidad y por falta de recursos suficientes.
La situación fue desoladora, pues, según aseguró el grupo de personas -de múltiples edades y orígenes, "se habían acomodado solamente para pasar la noche, ya que viven en la calle hace varios meses y recorren distintos puntos de General Rodríguez todos los días".
“Estamos en la calle, necesitamos un lugar para estar. De todos lados nos echan y acá aparecen los dueños, pero cuando no hay nadie nos vienen a j*der. No tenemos dónde estar”, señaló una de las mujeres desalojadas a La Posta Noticias.
En esta línea, uno de los hombres dijo: “Estamos pidiendo que nos dejen acá aunque sea una noche, porque mañana nos levantamos y salimos a laburar cartoneando”.
La primera entrevistada retomó la palabra y advirtió: “Tengo a mi cuñada en situación de sillas de ruedas y no puede estar así” y apuntó al Gobierno Municipal: “Vas a Desarrollo Social y no te dan nada. Solo nylon”.
Asimismo, un familiar de la anterior mujer le reprochó al área de Desarrollo Comunitario que un día fueron a hablar con Mariana Galván y Gabriela Zurita y “nos piden un tiempo”. “Les dimos nuestros números, esperamos confiados una llamada y no nos llamaron nunca”, afirmó.
Y objetó: “Mi señora fue hablar cara a cara con Mauro García para pedirle una pensión y le querían dar nada más que dos lucas”, señaló el mismo dicente. “Trabajamos todos juntos”, concluyó el grupo al unísono. Ellos se retiraron hasta la vereda y armaron con sus colchones y nylon un refugio para la lluvia para sus cosas y se fueron una hora más tarde, antes que comience la lluvia torrencial, por la calle Trueba hacia el fondo, con sus carros de cartoneo y pertenencias, a algún otro espacio para pasar la noche.
Entre muchos reclamos, mencionaron que "cuando se entregaron casitas en Bicentenario se la dieron a mucha gente que tiene casa en otro lado". Un tema que quedó mucho en el imaginario popular, ya que es cierto que hubo múltiples entregas y sorteos irregulares y manipulados y además, ahora que se están gestionando más programas de hogares del PROCREAR, se recuerda que ni el Bicentenario ni los programas actuales preven ser apuntados a personas de situación de calle y de hecho los proyectos actuales son hogares a pagar con préstamos estatales que simplemente tienen condiciones más favorables que los créditos hipotecarios bancarios normales.
Editorial: 17 años de ineficiencia en regularizar cooperativas mediante el reciclado
La situación de todo este grupo es incierta, dicen que son de la ciudad todos menos uno de ellos y son un grupo que se hizo de andar en la calle, no son una familia sola. Lo que muestra esta situación es la necesidad urgente de regularizar (con la inversión de los anuncios gubernamentales en la materia ambiental que lanzó el Ministerio de Desarrollo Social en pandemia) las cooperativas ambientales para que comiencen el trabajo de reciclado, que es un impacto que se nota muy a largo plazo pero que es necesario comenzarlo ya tanto por lo ambiental como por lo laboral, aportando dignidad a mucha gente. (SIGUE)
Si bien el Municipio ha dado pasos al frente en la materia del reciclado, se ha manejado mucho con "su propia tropa" y hace falta que ciertas cuestiones se multipliquen mucho más en la población, no se puede estar priorizando la "propiedad" de la gente que recibe un programa gubernamental. Alguna vez, deberá avanzarse en este país en que los programas sociales deben ser para dar dignidad laboral y una salida a futuro, pero sin el requisito exclusivo de la militancia para el partido o grupo social que "negocie". Más, en situación de absoluta necesidad.
Desde 2005 que salió la Ley Ambiental, que dispone que existan cooperativas para el reciclado de cada ciudad y que cada una sea la que regule el destino final de los residuos que genera, pero por muy poco interés político y demasiado interés en el "control social", esta meta nunca se cumplió. Pueda ser que esta oportunidad venga del lado de la conciencia para devolverle a la gente la posibilidad de vivir de un trabajo que es necesario hacer, pero porque la sociedad y el planeta lo requieren, no porque "hoy garpe" políticamente para alguien de turno o para alguna "orga que negocie". Ver la gente vivir en ciertas condiciones de emergencia social como la mujer en silla de ruedas y saber que no hay solución urgente prevista mientras se los asiste con meros nylons, es desolador y debería llamar a la urgente reflexión a TODA la clase dirigente. En especial de los que se arroguen interesarse en los desposeídos.