La vergüenza de haber sido y el dolor de Nasser: Efecto dominó tras desplazamiento de la cúpula de Producción
Tras fuerte desgaste se removió la cúpula de la secretaría de Producción y Desarrollo que estaba a cargo del ex secretario de la UIGER, Diego Nasser, cuando ya había trascendido hacía semanas que querían colocar al hoy concejal y ex intendente Anghileri como su reemplazo, aún estando en funciones. La salida se confirmó, pero Anghileri aún no consiguió el permiso de la oposición para tomarse licencia del HCD y no renunciaría al cargo de concejal para ir al Ejecutivo. Sorpresivamente, esto trajo alivio en parte del Ejecutivo, pero pese a planteos y heridos, un tapado podría ganarse el lugar.
Diego Nasser dejó de ser el secretario de Producción hace ya un par de semanas, junto con él se fueron dos funcionarios más, Ramiro Martín Bulgheroni, coordinador de Promoción y Fomento de la Industria y Leandro Souki, director de Políticas Ambientales de la Municipalidad de Gral. Rodríguez. El Ejecutivo reza en los decretos respectivos (565, 567 y 568) que "visto la actual situación institucional y la necesidad de proceder a una profunda readecuación de cargos y funcionarios con el propósito de lograr una mayor optimización en la prestación de servicios" y considerando "de suma necesidad encarar una profunda modificación de funcionarios", dispone el cese (desde el día 22 de marzo) de los cargos mencionados.
Hasta aquí, los formalismos, pero detrás de la cortina burocrática de los decretos hubo varios movimientos incómodos que venían desde hace tiempo. A Diego Nasser, un hombre de carácter fuerte, lo resistían desde "adentro" de la secretaría y sus gestiones no eran evaluadas como suficientes por ámbitos superiores.
También había tenido una fuerte discusión el día de la derrota electoral del año pasado en plena calle con el Jefe de Gabinete, Luciano Larralde, que se fue de allí a los gritos con una frase contra "él y su jefe", que dejó perpleja a toda la concurrencia y dejó entrever la tensión que había detrás de la calma que se aparentaba en la puerta del Partido Justicialista.
Para colmo, en la estructura de empleados y de otros funcionarios, la figura de Nasser no venía siendo simpática cuanto menos, ya que varios manifestaban con voz bajita su disconformidad con la dirección y el trato. Según se hacía trascender hace algunos días, varias áreas de la secretaría no estaban muy activas y algunas de ellas son muy necesarias, como por ejemplo, las de control de industrias.
Mucho más, cuando trascendió también para esos días, que Juan Pablo Anghileri pediría licencia de su cargo de concejal para asumir en el área como el próximo secretario, siendo que ni siquiera se lo habrían comunicado a Nasser primero. Para colmo, la situación se dilató mucho porque Darío Kubar, presidente del bloque de Juntos, decidió (por el momento) no aprobar el pedido de licencia de su antecesor en la intendencia y con el correr de los días todo empeoró. Nasser ya se veía afuera, pero no venía su reemplazante, la incomodidad con Tedesco, que estaba muy activo revisando las áreas, se transformó en conflictos y palabras en voz alta, incluso en una reunión con empleados donde Nasser dijo a viva voz que "del subsecretario no se hace ni una fotocopia", según trascendió de un empleado presente.
La decisión de su salida, sin la solución anghilerista, se terminó dilatando y la incomodidad y congelamiento de la gestión implosionó cuando el intendente definió que era insostenible y alejó por decreto a la cúpula de Nasser, dejando a cargo al subsecretario Tedesco mientras espera una definición del HCD con respecto a la llegada o no del ex intendente Juan Pablo Anghileri, cosa que al momento, no se resolvió y si no hay una cumbre Kubar-Anghileri, parece que se retiraría de la mesa por completo.
Pese a todas estas cuestiones de gestiones paradas, internas, empleados desmotivados, tironeos entre pesos pesados y más, Mauro García tiene una situación no tan incómoda, ya que "el tapado" que colocó de subsecretario estaría sorprendiendo con una serie de gestiones recientes que han conseguido un apoyo mayor en el grupo del área y se vienen presentando llamativamente muchos empresarios a regularizar cuestiones que hace meses no aparecían. Quizás, en medio de tanto lodo, el intendente encontró un elemento de utilidad para la gestión.
Claro está que en la reunión de comisión del HCD del martes 5 de abril, Anghileri dejó tronar su descontento por no tener el permiso y habría anticipado la frase "¿Quieren que sea concejal?, perfecto", dando a entender que ahora podría avanzar en iniciativas de control y revisión de la gestión actual y pasada desde esa banca. Lo que lleva a preguntarse también, ¿Qué ha venido haciendo entonces hasta el momento? ¿Y Kubar? Si llegara a aparecer mágicamente un "si" suyo, quedará el manto de sospechas eterno respecto de qué se negoció. En la próxima sesión se sabrá.
En una mesa donde están los tres últimos intendentes, sus intereses actuales y sus egos, cuesta creer que haya un arreglo para dar salida a JP al Ejecutivo y lo que costaría mucho más creer, es que él renunciara a la banca para poder asumir el cargo sin tener "paraguas" de que García lo saque en el futuro.
Increíblemente, en esta batalla de cartas pardas, el intendente puede salir beneficiado y ganar con un rey y una sota. Al fin y al cabo, es el dueño de la lapicera hoy y si le sale bien la apuesta del subsecretario podría llevarse los porotos por la elección y además normalizar un área que había perdido peso interno y bien trabajada puede ser de mayor impacto social, ambiental y económico para mostrar avances que el distrito merece y necesita.