Sociedad Gremiales 3 MAY 2022

Un camino abandonado, una tragedia, irregularidades y un reclamo que lleva casi seis meses

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El viernes 29 de abril por la tarde un grupo de personas realizó un corte de calle frente al ingreso de servicio al club de polo Centauros en reclamo por un trágico accidente ocurrido en el camino rural que conecta al predio con la Ruta 28 que le quitó la vida a un joven y dejó a su pareja con graves secuelas.

Ernesto Méndez (28) y Guadalupe Guevara (26) eran pareja y la noche del 29 de octubre del año pasado salían del club de polo Centauros, donde ambos trabajaban como petiseros, cuando chocaron con otro motociclista que circulaba en sentido contrario por el camino rural que conecta con la Ruta 28 y que se dirigía a trabajar allí mismo también.

Ernesto perdió la vida unos días después, el 3 de noviembre, y Guadalupe sufrió severas heridas que la tuvieron internada en grave estado y con respirador durante tres semanas, hasta que logró salir adelante, pero con secuelas: le pusieron una prótesis de titanio en la cabeza por una fractura de cráneo que sufrió. La familia de ambos reclamó en su momento que el empleador de ambos jamás les ofreció ayuda ante lo sucedido y reclamaron el pésimo estado de ese camino que servía de acceso para decenas de empleados de Centauros.

Entre las quejas principales estaban el estado irregular del camino y la falta de iluminación, que fue muy influyente en el choque de las motos. Y aunque hubo reuniones de las familias de Guadalupe y de Ernesto con representantes del club de polo, e incluso también participó el Sindicato de Trabajadores Petiseros (SITRAPE), lo cierto es que a seis meses de aquel lamentable episodio, el camino sigue en las mismas condiciones.

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Desde el gremio explicaron que el mantenimiento de esa calle corresponde a los countries y clubes de campo de la zona, mientras que Sandra Albarenque, mamá de Guadalupe, remarcó que "ella quedó con secuelas neurológicas y psicológicas, está medicada, quedó imposibilitada de trabajar y tiene dos criaturas. Me estoy haciendo cargo yo de ella y de mis nietos, pero nadie la ayudó, nunca me llamaron para ofrecerme ayuda para los gastos médicos ni nada".

Esa es otra de las denuncias: el empleo no registrado. Las familias reclaman que tanto Ernesto como Guadalupe trabajaban "en negro" y que no contaban con seguro, ni obra social, ni ningún tipo de amparo legal para una situación tan extrema como la que vivieron, que se dio saliendo de trabajar.

"Por este camino circulan como 50 empleados y todos están así, en negro, pero nadie dice nada por miedo", manifestaron. Un representante de SITRAPE agregó también que "como esta calle da a una entrada de servicio, por eso no les interesa arreglarla".

Sandra comentó que, tras el reclamo, desde el club de polo le comentaron que "le iban a avisar al patrón de mi hija y el miércoles nos va a contactar, así que estamos esperando".

 

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