El domingo hubo inconvenientes en el hospital al llegar muchas personas con chicos para atender distintas cuestiones y encontrarse nuevamente con falta de atención pediátrica de guardia. Esta vez, no hubo cartel de aviso como la vez pasada, pero sí hubo tensión entre padres y los empleados que tienen que recibir los enojos.
Un trabajador del nosocomio comunicó hoy: "desde (ayer) temprano me enteré que no había pediatra el domingo, no había ni en sala (sólo había enfermería) ni en el resto, encima no pusieron ni el cartel. Hubo mucha gente que fue y había que explicarle, pero no era atendida, más de un padre se enojó y se la agarró con las chicas de la recepción."
Agregó que "a la gente la mandaban a otro hospital, pero muchos no lo tomaban bien, ya que llegaban varios con nenes con casos respiratorios. En un momento se le avisó a la dirección y se habría presentado Cristian Varela, quien estuvo por la tarde y luego se retiró. La mayoría de las familias se tuvo que ir en colectivo, con los chicos con sus afecciones."
El 12 de abril ya había ocurrido esta situación, por la cual habían colocado un cartel en el ingreso a la recepción. Esta vez, la gente debía consultar a los empleados, los cuales tenían que dar la mala noticia, llevando a los vecinos a tener que discutir esto con este staff y luego a retirarse en el medio en el cual hubieran llegado, a otros centros asistenciales... si podían.
La manera en la cual se viene repitiendo esta situación y ahora con el agravante de la llegada pronta del frío y el crecimiento de cuadros gripales (con un covid que aún no desapareció y viene en aumento) deberían llamar la atención de las autoridades para de una vez por todas o resolver el problema o explicarlo de manera pública, dado que es imposible luego que la gente y el personal del hospital tengan que oir discursos de un "Estado presente" cuando en la práctica sigue pasando semejante avasallamiento de derecho a la salud de los niños.
Ya en 2015, como se ve en la foto, en las movilizaciones de la enfermera Rosana Chávez y muchas otras mujeres se daba cuenta de la cantidad de veces que faltaban pediatras en el hospital, llegando a hacerse cartas a la intendencia y al Ministerio de Salud. Siete años más tarde, el problema sigue allí, pero ni se admite ni se explica la situación. Sólo un padre puede entender la desesperación de llegar a una guardia con los recursos escasos que se tienen en esta crisis y que el niño/a no pueda recibir una atención adecuada, mucho más si es una emergencia. Hoy, como ayer y como en el interín, la situación no se explica ni se resuelve.
INDIGNÓMETRO A TOPE, PARTICIPACIÓN, NULA Y RESPUESTAS... NINGUNA
Lo único que puede superar a esta indignación es la de ver cómo cuando las "Madres hormiguitas" organizaron una marcha para dejar una presentación por este y más reclamos, la sociedad entera no acompañó ni hizo propio este reclamo popular ( 150 mil personas de nuestra ciudad, más varias miles de alrededores que se atienden aquí). De todos modos, el Dr. Merlo lo hizo y puso la cara por un reclamo que debería ser de todos y no sólo del que se choca en una situación desesperada con el inconveniente.
El gran Tato Bores tenía una frase bien al cierre del "monólogo 2000" en el que él mismo se discutía al asegurar por un lado que "el Pueblo no se merece esto" y luego, repensando lo dicho, contaba que la frase era de su libretista y decía "yo no estoy tan seguro, un cacho de culpa tenemos también". Y si esto no le "pica" a ningún vecino, seguirá del mismo modo, en especial, porque una sociedad aislada y apática, poco informada y espasmódica, sólo tiene un destino peor que el que marca este triste presente.