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Griselda Amato perdió a su hijo el 9 de diciembre de 2020 en un accidente y desde aquel día "voy todos los días al cementerio". Aseguró que ya le ocurrió tres veces que "me dejan encerrada".
Manifestó que "el horario es de 7 a 18. La primera vez estuve una hora y media, la segunda vez un rato y el último domingo quedamos cuatro personas. Se van antes de su horario los empleados y no hacen el recorrido que deberían hacer, nunca están en la puerta. No me parece que tenga que ir a buscarlos y avisar que estoy".
Finalmente, cerró: "Me da mucha impotencia que no haya gente responsable en un lugar tan sagrado".