La familia de la mujer electrocutada en Villa Arrarás expuso las denuncias contra sus vecinos
La muerte de Susana Luca (64) en un particular episodio en Villa Arrarás convulsionó al barrio. A casi dos meses del hecho, su familia expuso su versión del conflicto de larga data con los vecinos de la casa donde perdió la vida por electrocución.
El episodio que desató la ebullición de la violencia en el barrio ocurrió en la noche del 10 de abril, cuando Susana Luca falleció tras una descarga eléctrica que sufrió al tocar la reja de la casa de sus vecinos, lindera a la suya, en la calle Ortega.
Stella Maris, la mujer que vive en esa propiedad, denunció en más de una oportunidad que padecía hostigamiento de parte de Luca, a quien acusaba de querer quedarse con su vivienda. Tras la tragedia, que aseguró que fue a raíz de una conexión clandestina que la víctima fatal había hecho del tendido eléctrico, debió irse de allí luego de que una turba iracunda quisiera incendiar su casa.
Lo cierto es que desde la familia de la mujer fallecida expusieron a La Posta las innumerables denuncias que también realizaron ante la Justicia acusando que el hijo de Stella, de nombre Pablo, las hostigaba de distintas maneras.
En las presentaciones judiciales dejaron asentado que el hombre arrojaba piedrazos a su casa, las insultaba a Susana y a sus hijas, había sacado una chapa del tejido divisorio entre ambas propiedades y quemado una lona que usaban para separar ambos terrenos. También lo acusaron de ser adicto a las drogas y amenazarlas con violarlas, mostrándole los genitales.
"A veces hacíamos denuncias en varios días consecutivos y otras veces íbamos a la comisaría dos veces en el mismo día", comentó la hija de la mujer electrocutada a La Posta, indicando que los problemas habían comenzado en 2020 y que el acusado tendría problemas psiquiátricos, argumentando que incluso su madre Stella se los habría reconocido.
La realidad es que, más allá de las denuncias cruzadas, el conflicto marcó para siempre la vida de ambas familias. Stella Maris no pudo volver a su vivienda por miedo a las represalias de los vecinos y allegados a la mujer fallecida, mientras que en la familia de esta quedó el vacío de la pérdida.